La banda más atractiva de la escena electro-punk de nuestro paÃs vuelve por sus fueros. En su nueva entrega, los vascos hacen gala de nuevo de esa personal mirada que los ha caracterizado desde sus inicios, esta vez con menor extensión. Ocho canciones que son ocho puñaladas para saber cuáles son en verdad las cosas importantes.
Parece mentira que una banda de las caracterÃsticas de El
Columpio Asesino lleve ya grabados seis discos. Y lo que sorprende más, y a la
vez reconforta, es que en ninguno de ellos el nivel de calidad ha bajado de una
forma más o menos evidente. Después de cinco años de silencio, perÃodo en el
cual muchos ya los dábamos por finiquitados, los vascos vuelven a transitar las
carreteras más oscuras del kraut rock
y la electrónica siniestra con solo ocho temas en los que la marca pesa lo
mismo que la ejecución; es decir, la coherencia de una carrera personal y
rotunda como la suya sigue sin poder ponerse en entredicho.
En esos ambientes opresivos, en los parajes desalmados donde
sitúan sus parábolas llenas de imágenes disuasorias, rabia desatendida y
letanÃas de redención, siempre han encontrado la motivación y la inspiración
necesarias para entregar álbumes atravesados siempre de desazón existencial y
mensajes ciertamente perturbadores. Sin embargo, en “Ataque celeste” podrÃa
decirse que se acercan, quizás no premeditamente, a un formato más pop en el
sentido tradicional, como lo podrÃa hacer LCD Soundsystem, por citar solo
alguna de las referencias que se vienen a la cabeza tras varias escuchas. El
electro pop afilado de “Huir”, los beats
demoledores de “Sirenas de mediodÃa” –una de las dos baladas del álbum, junto a
“Mi general”- o las puñaladas inmisericordes de “Siempre estás tú” y “Tu último
relato” hacen de cada experiencia sonora una apasionante aventura cuyas
consecuencias solo se pueden sopesar al final del recorrido. Es curioso cómo la
voz de Cristina MartÃnez funciona como cuchillo y algodón al mismo tiempo,
capaz de contar con la mayor dulzura y concisión las cosas que solo deberÃan
ser contadas con un irremisible ataque de verborrea. Asà lo hace en
“Preparada”, sin duda una de las cumbres de su carrera, una velada oda a la
venganza contra quienes alguna vez nos sacaron de sus vidas sin la menor
explicación, al igual que el autor de la mayorÃa del repertorio, el baterÃa
Albaro Arizabaleta se explaya con el mismo desprejuicio en “Lechuzas, cuters y
somnÃferos” (¿a alguien más podrÃa ocurrÃrsele un tÃtulo tan brutal?). Y se
atreven a incluir una pieza instrumental al final de un disco que, aunque
pierde algo de fuelle respecto a la primera mitad, los trae de vuelta con la
misma intensidad de siempre y un espÃritu punk subyacente en cada uno de los
cortes.
La onda expansiva de este álbum corto, conciso y directo
tendrá las dimensiones equivalentes a su capacidad de difusión. En el caso de
El Columpio Asesino puede ser bastante, dado el prestigio que se han ganado a
pulso y la confirmación de una impronta y una manera de entender la música
notablemente particular. “Ataque celeste” no es más original en ese sentido, ni
aporta nada que no esperásemos de su imaginario personal, pero es el nuevo
escollo que deberán superar todos los que no se atreven a pensar en voz alta
sobre los demonios que, ahora sobre todo, tratan de atemorizar nuestra plácida
existencia. Casi como si habláramos de los imaginarios portavoces de nuestros
más oscuros deseos.
Escucha "Ataque celeste" aquÃ.
Más info:
https://twitter.com/columpioasesino?ref_src=twsrc%5Egoogle%7Ctwcamp%5Eserp%7Ctwgr%5Eauthor
http://www.osopolita.com/noticias/el-columpio-asesino-top-6-de-ventas-con-ataque-celeste/
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