Jody & The Jerms - Deeper (Autoeditado, 2020)


El debut de una banda de Oxford que busca a toda costa el acierto melódico que tenían las bandas y sellos pertenecientes a aquello que en el siglo pasado se denominaba "indie", con mucha más propiedad que ahora. 


Alguien se acuerda de Heavenly, Talulah Gosh, Tender Trap? Todos ellos eran bandas que operaron más o menos entre finales de los ochenta y principio de los noventa del siglo pasado, con voz de mujer al frente y con ánimo muy parecido a la hora de facturar un pop que se sabía independiente, cándido y alejado de casi todo lo que sonaba en la radio. Puede que la mayoría de ustedes no recuerden esos nombres, pero sí que hay gente que todavía los retiene en su corazón, manteniendo viva la llama “indie”, entendido dicho término en el sentido que originalmente tuvo (ver artículo aparecido en esta misma web que trata en profundidad el tema), que permanece hoy y determina una manera de hacer peculiar, una especie de marca de fábrica, que distingue a quien la reconoce o la factura como miembro de una especie de logia masónica imaginaria.

Jody &The Jerms podrían ser perfectamente miembros de dicho club privado. Por edad, de hecho, a juzgar por sus fotos promocionales, pertenecen generacionalmente a la época en que toda esa música gobernaba en los circuitos más underground del Reino Unido. Por suerte, los años no han hecho mella en su gusto por la melodía y ahora, juntos desde hace más o menos un año, destilan desde su residencia en Oxford un sonido heredero de todo ese sonido que editaban sellos como Postcard, Sarah o Creation, de ciertas referencias noventeras, como Mazzy Star, o ya de este siglo, como Best Coast, sazonados de algo de recuerdo a la new wave, que se aprecia en un gusto por los teclados “a lo Cars” y revisiones de clásico como las excepcionales lecturas del “Another girl another planet” de The Only Ones o “There’s a guy works down the chip shop swears he’s Elvis”, de la injustamente olvidada Kristy McColl, que incluyen en el disco que nos ocupa.

Deeper, descontando lo anecdótico de esas recuperaciones, es un debut bien hecho, con canciones propias atractivas, que de una manera amable se van situando en la memoria a medida que las escuchas se suceden. Es difícil no sucumbir a los encantos de dianas tan certeras como la energética “He doesn’t know me much at all”, la souly “Stand up” o el single “It’s all up to you”, pues todas ellas tienen en común un afán por encontrar el estribillo memorable, el sonido resplandeciente de guitarras y las armonías vocales que son la fórmula eterna del pop, pero que no cualquiera logra ensamblar. Ellos lo hacen y sobre esa base ofrecen un trabajo disfrutable y que deja ganas de más.

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