Concluyo aquí mi personal repaso a los productos discográficos que han ayudado a sobrellevar este especialmente desgraciado año, un año que además ha hecho tambalear todos los cimientos de la cultura y cuyas consecuencias futuras a este respecto todavía no conocemos. No todo es música enlatada, escuchada en streaming y puesta al servicio de nuestro desespero, no podemos olvidar que hay mucha gente que vive de esto: músicos, autores, productores, técnicos, salas, promotores, editoras... todos ellos están en serio peligro de extinción gracias a esta pandemia que de repente ha paralizado al mundo y de paso, ha puesto de manifiesto muchas de nuestras carencias, entre las cuales está lo desatendido y desprotegido que teníamos a este sector que, no lo olvidemos, nos hace tan felices. Justo es aquí reivindicar que, en la medida de lo posible y dentro de las exigencias de la responsabilidad sanitaria, consumamos cuanta cultura nos interese. Pero no de una forma pasiva, si no rascando nuestro bolsillo y contribuyendo a su permanencia. Es la única manera de que sigamos siendo seres humanos. Espero que, al menos, estos pedacitos de música que aquí propongo y que me han hecho lo más feliz posible en momentos duros, sirva, además de para vuestro disfrute, para que entendáis y compartáis todo lo que acabo de decir. Pasen, lean, escuchen y colaboren...
20 Benjamin Biolay - Grand Prix (Universal): El regreso de uno de los grandes compositores surgidos del país vecino en los últimos 30 años. Vuelve bailongo, moderno, incluso algo guitarrero, pero como siempre, elegantemente pop. Y lo hace con un disco que sabe a recuperación de su esencia, que andaba algo perdida tras diversas obras algo anecdóticas de recreación de cancioneros ajenos, pero sin dejar de mirar hacia delante. Sólo con la preciosa apertura disco-romántica de “Comme est ta peine?” ya entra por la puerta grande a reconciliarse con un público que esperaba de él justo esto: otro disco casi perfecto de canciones redondas y resplandecientes para añadir a una discografía que cuenta con verdaderos monumentos discográficos elevados ya por muchos a la categoría de clásicos de los que este no es sólo heredero, sino lógica progresión.
19 Futuro Terror - Sangre (Humo Internacional): Algo debe tener el agua en tierras levantinas cuando concentra tanta afición al pop oscuro, cercano al post-punk y al rock radical de los ochenta, pero con ciertos matices producto de este milenio que lo hacen especial y reconocible. Junto a otras bandas como
Mausoleo, Mantequilla Quebrada o
Finale, el que quizás sea más claro ejemplo de ello es este trío alicantino -ahora con la incorporación a filas del valenciano y muy activo
Oscar “Flexi” Mezquita- que tras firmar con
Precipicio hace tres años uno de los trabajos más potentes en el panorama underground estatal de este decenio, regresan ahora corregidos y aumentados con este
Sangre que no se anda con chiquitas ante los tiempos angustiosos que nos toca vivir política y socialmente, algo que ellos denuncian y castigan con canciones enfurecidas, aunque un punto más melódicas de lo que nos tenían acostumbrados y que evidencian una magnífica evolución.
18 Junco y Mimbre - Junco y Mimbre (Hidden Track): La aparición del sello barcelonés
Hidden Track ha sido una de las noticias más refrescantes de los últimos años en el territorio nacional, merced a una catálogo y a una forma de hacer las cosas -desde un renovador punto de vista femenino, al fin y al cabo es un sello regido íntegramente por mujeres- que siempre sabe tener ese punto de distinción que hace arquear las cejas a cualquiera que sea curioso por lo que pasa a su alrededor. Quien haya seguido lo que han sacado este año ya lo sabrá, pero pese a esta pandemia se las han arreglado para seguir creciendo con unos discos y artistas de los que dudo que puedan presumir muchos sellos no en este, sino en cualquier país. El de
Junco y Mimbre en mi opinión es la punta de lanza de lo que han publicado, por contener una colección de canciones especialmente mayúscula y bien producida, pero sirva esta reseña para intentar despertar la curiosidad del lector en escarbar en las referencias de un sello comprometido y repleto de excelencia pop.
17 Cleo Sol - Rose In The Dark (Forever Living Originals): Uno de mis últimos “enamoramientos” del año.
Cleopatra Nikolic no sólo es uno de los pocos miembros conocidos, junto a su productor
Inflo, del misterioso colectivo que, como comprobaréis si seguís leyendo, domina esta lista. Es también dueña de un estilo a la hora de facturar r’n’b salpicado de soul tradicional, house y raíces jamaicanas que embriaga hasta dejar extasiado. Tal es la belleza de unas canciones que se visten con producción suntuosa y que ella riega con una de esas voces perfectas en su ensamblaje con mensaje y textura sonora.
Rose In The Dark puede ser perfecto compañero de las dos barbaridades de
Sault que coronan este personal ranking del año más raro de nuestras vidas, al fin y al cabo, reviste una factura muy similar en determinados parámetros y su efecto balsámico, unido a su extrema belleza, groove y por qué no decirlo, trascendencia, lo hace un mayúsculo y tremendamente disfrutable descubrimiento.
16 A Girl Called Eddy - Been Around (Elefant): Erin Moran nos dice “he estado por ahí” como única explicación al período de 16 años transcurrido entre un primer disco que la puso en boca de muchos y esta maravillosa ruptura de silencio que significa la obra que publicaba precisamente el sello español
Elefant Records a principios de este año (con el precedente el año pasado de
The Last Detail, banda ocasional y disco perpetrado junto a
Mehdi Zannad), para alegría de muchos que ya no esperábamos algo así de una artista que parecía condenada a la eterna condición de delicatessen perdida en el limbo. Vuelve ahora con unas canciones tan inmensas como las que abrieron tanto apetito en aquél debut y que muestran una continuidad desde el aprendizaje, la madurez y un colaborador esencial:
Daniel Tashian -hijo de Barry, el de
The Remains-, que lo produce y ayuda a que el sonido sea tan resplandeciente y pulido como una compositora así, con olor a
Carole King, Paddy McAlloon o
Van Morrison, merece. El regreso del año, sin duda, al menos para este que les escribe...
15 BC Camplight - Shortly After Takeoff (Bella Union): Tercera parte de una maravillosa trilogía que su autor -de nombre real
Brian Christinzio- ha ido tejiendo tras no pocas vicisitudes y una severa depresión que le ha llevado a emigrar desde EEUU a UK, ser deportado al poco tiempo y regresar finalmente a un país adoptivo en seria crisis post-brexit, toda una epopeya que él traduce en fabulosas canciones que, apartándose del pop más “recto” que cultivó en los primeros pasos de una carrera que dejó en largo hiato hasta retomarla en esta etapa de su vida, manejan diversos estilos y se enredan en complejas texturas y, en definitiva, muestran a un autor inquieto como pocos y tremendamente sabio a la hora de contar una historia trágica con luminosidad y sin caer en la barata autocompasión. Canciones como “Back to work”, “I want to be in the mafia” o “Born to cruise” deberían enseñarse en las escuelas.
14 Matt Berry - Phantom Birds (Acid Jazz UK): Oh, sí. El vampiro
Laszlo Cravensworth (Lo Que Hacemos En Las Sombras) también canta. Y es que bajo su apariencia humana, que recibe el nombre de
Matt Berry, lleva ya años deleitándonos con ese tipo de discos que son exactamente los que nos sulibeyan a mí y a los de mi calaña, a saber: sonidos folk-pop tiznados de psicodelia y con un tejido de melodías acarameladas, certeras y cósmicas, que demuestran, una vez más, que este grandullón es un compositor especialmente dotado para hacernos felices. De esta forma,
Phantom Birds, que así se llama el artefacto, se añade con nota a una discografía impecable, de elegancia supina, alcanzando la nada desdeñable categoría de aspirante a disco abrazable del año.
13 Damien Jurado - What’s New, Tomboy? (Mama Bird Recording Co.): La muerte de su gran amigo y productor
Richard Swift y una fibromialgia que le mantiene bajo su yugo podrían haber hecho fácilmente que la carrera del de
Seattle se resintiera o hubiera sufrido un paréntesis. Todo lo contrario: no para de publicar discos. A cada cual mejor. Si me apuran, este
What’s New Tomboy? podría hasta ser candidato al mejor disco de su carrera (aunque lo tiene difícil) puesto que es algo así como un compendio de todas las virtudes mostradas por este GENIO -digámoslo así, bien grande y sin tapujos- a lo largo de los años en que ha ido regalándonos disco mayúsculo tras disco mayúsculo, haciendo gala de una honestidad y desgarro a las que este último álbum no es ajeno. No hay más que escuchar la maravilla que le dedica a su amigo desaparecido, un “Ochoa” que estremece tanto que yo casi la colocaría en el podio de la canción del año.
12 Solea Morente - Lo Que Te Falta (Elefant Records): En su magnífico tercer disco, la hija pequeña del cantaor más arriesgado del flamenco ha decidido abandonar el camino orientado al pop que iba transitando para recuperar la rumba en su más pura acepción. Ecos de
María Jiménez, de
Bambino, L
os Amaya o
El Pescaílla en un trabajo que literalmente le toma al asalto a uno a base de arte y canciones de esas que abren el corazón de par en par para atiborrar de vida a quien las escuche. Durante el encierro fue uno de esos bálsamos que se asomaban con frecuencia al altavoz para levantar el ánimo y no es para menos: a ver quien no se anima escuchando “Tutti frutti”, “Cosas buenas” o “Viniste a por mí”. Lo dicho, vida.
11 Aoife Nessa Frances - Land Of No Junction (Ba Da Bing Records): Este año ha habido un buen montón de discos de, digamos, sonidos cercanos al folk ácido que se hacía entre los sesenta y setenta del siglo pasado, hechos primordialmente por mujeres. La selección de discos que podríamos hacer sólo en este campo sería impresionante, pero hay que sintetizar y yo me quedo con esta fantástica colección de lisérgicas golosinas semi-acústicas a cargo de esta joven debutante irlandesa que en confabulación con el músico y productor
Cian Nugent las ha vestido de someras pero incisivas orquestaciones, livianos arreglos y placenteras ambientaciones rítmicas que beben frecuentemente del tropicalismo, todo inteligentemente dispuesto para embaucar a base de unas melodías que se saben perfectas.
10 Nuria Graham - Marjorie (Universal Music Spain): “Do you wake up for a while every day” aparece en mi consabido resumen del año de
Spotify como la canción que más he escuchado en estos doce meses de rechupete que hemos pasado. No es de extrañar, durante el encierro era algo así como que me hablaba directamente a mí y me ayudaba a digerirlo todo mejor y también lo hacía todo el resto de este disco que es ya el cuarto de la cantautora catalano-irlandesa, tras la fuerte confirmación de su talento que tuvo lugar hace tres años con
Does It Ring A Bell? y que recibe inspiración de lugares y personas que tienen que ver con los orígenes de su padre, traducidos en canciones como “Connemara”, lugar de vacaciones de su familia irlandesa o “Marjorie”, dedicada a su abuela paterna. Este trabajo, que incluye además otras bellas referencias a nombres de mujer (“Hazel”, “Shirley”) o incluso una versión del “Amor de garrafa” de
Power Burkas, retitulada “Toilet Chronicles” y totalmente llevada por la
Graham a su terreno, constituye todo un dechado de sonido cristalino, pero a la vez tremendamente carnal, que llega para quedarse. Amo este disco.
09 Constantine - In Memory Of A Summer’s Day (Guerssen): Una de esas delicatessen -y no es la única en esta lista- que la disquera catalana
Guerssen nos ofrece de cuando en cuando, entre recuperación y recuperación de clásicos perdidos de la psicodelia.
Constantine ya fue un secreto a voces de la cada vez más nutrida afición a la lisergia, pero con esta especie de novela de caballerías hecha disco, logra el imposible de trascender totalmente el carácter de producto revival o vintage para posicionarse como algo totalmente fuera del tiempo y del espacio, como si el cuento medieval que nos proponen las preciosas ilustraciones de la portada del vinilo cobraran vida y nos contaran su historia al oído, de una forma quieta y placentera, como en un perfecto día de verano.
08 Alberto Montero - El Desencanto (BCore): “Madera muerta” (integrada en el disco
Arco Mediterráneo, de 2015) fue el chispazo que necesitaba la carrera de
Alberto Montero, uno de los músicos de mayor talento que este país haya tenido jamás, para que él supiera que podía trascender los limitados círculos de audiencia en que se movía. Su decisión de rematar la jugada con todo un disco que emulara la efectividad pop de dicha canción ha tenido que esperar casi cinco años, porque entre medias llegó uno de los trabajos más singulares no sólo de su carrera, sino de la historia reciente de la música, así, en general, de este país. La peculiaridad de ese viaje interior dejó mella en la forma de escribir de Alberto y por eso estas canciones, aunque plagadas de estribillos memorables y una sonoridad lo más cercana al rock que jamás ha propuesto el del
Puerto de Sagunto, juegan al autoanálisis (“El monstruo”), al costumbrismo familiar (“Buscando un lugar donde vivir”) o a la severa crítica social (“El desencanto”) y dejan, por tanto, un poso de trascendencia en esta obra de intención pop que la hace crecer hasta alcanzar el máximo nivel de excelencia de su autor, por si no era ya lo suficientemente alto.
07 Fiona Apple - Fetch The Bolt Cutters (Epic): Con razón parece que hay unanimidad en ensalzar este como candidato prácticamente indiscutible a disco del año más raro de todos los años. Es un disco completamente ajeno a cualquier convencionalismo de género, ya sea este musical o humano.
Fiona Apple es algo así como un ser extraterrestre con un lenguaje propio que traduce en canciones que tienen parte de mantra y parte de puro hedonismo, pero siempre consiguen ser sorprendentes, alucinantes, altamente perturbadoras. Hay tantas cosas metidas en cada una de las que dan forma a este álbum absolutamente soberbio, que no vale la pena enumerarlas, simplemente rendirse a la brillantez de un discurso que se sabe único y atemporal. Un disco en el que, como sucede con todos los avanzados, cuesta entrar, porque hay que abrir un poco la mente, pero una vez se penetra en el mundo que propone, es de los que queda para siempre ahí, entre lo mejor que uno haya escuchado jamás.
06 Bob Dylan - Rough & Rowdy Days (Columbia): A quien se le ocurra dudar de que este disco es una tremenda obra maestra, el testamento musical de uno de los mayores patrimonios culturales de la humanidad, merece ser colgado del palo mayor.
Dylan lo ha conseguido todo, absolutamente todo: fama, fortuna, credibilidad artística, la condición de leyenda, semidiós… pero no obstante, aún tiene la necesidad de dar impulsos a su creatividad que están muy fuera del alcance de cualquier otro. Con frecuencia no ha acertado en el pasado en sus elecciones, pero su legado sigue siendo descomunal y este disco está totalmente a la altura de ese tesoro que es su obra. Mezclando blues, rock and roll, baladas, sin salirse de una erudición por la música tradicional de su país que ha sido siempre el motor de su inmensa capacidad compositiva, sabe sonar tremendamente vigente, reivindicando una vez más un trono que jamás nadie se ha atrevido a discutirle. Dylan sólo hay y habrá uno. Y aquí está toda su esencia.
05 Elle Belga - Simetría (Mount Ventoux): El dúo formado por los asturianos
José Luís García (ex-Manta Ray) y
Fany Álvarez lleva años siendo una fuente inagotable de belleza a través de un tipo de canción minimalista que alberga en sí tanto diversos entresijos del pop y el rock, convenientemente ralentizados y apropiados, como una herencia autóctona directamente recolectada de su tierra que hace que su proyecto sea tan original como sobrecogedor cuando se disfruta en directo, un ámbito natural en que sus dos protagonistas lo hacen todo y no se echa en falta nada. Con su cuarto disco, juegan a visitar la euforia como mecanismo de rebeldía y les sale, de paso, la jugada más redonda de todas las hasta ahora perpetradas por ellos, con ese “Increíble amor” como mascarón de proa que no sólo constituye la entrada a un conjunto de canciones magistral, sino también quizá la mejor canción en castellano de este año que agoniza.
04 Jessie Ware - What’s Your Pleasure? (PMR/Friends Keep Secrets/Interscope): El año sin discotecas abiertas es también el año en que probablemente más y mejor se ha reivindicado la música disco por diversos artistas, sobre todo mujeres.
Dua Lipa, Kylie Minogue o
Róisín Murphy han sacado discos mayúsculos en esos términos, pero sobre todos ellos domina sin duda el que la británica
Jessie Ware ha puesto en circulación tras un período largo de silencio. Un cuarto disco que la muestra tan pletórica rítmica y melódicamente hablando que resulta enormemente difícil no rendirse por completo a sus encantos y bailar, haya o no pista de baile y gente por medio. Desde la infalible canción titular hasta dianas como “Spotlight”, “Oh la la”, “Save a kiss” o “Read my lips”, el disco acumula un acierto tras otro hasta alcanzar la absoluta perfección, algo que casi nunca uno puede decir de un disco entero. No se pierdan este placer.
03 Pigmy - Manifestación (Guerssen): Otro esperado regreso de este año ha sido el del catalán
Vicente Maciá (ex-Carrots), que con aquél
Hamsterdam puso la miel en nuestros labios hace ya años y ahora regresa con el que sin duda es el disco más bello, al menos como opinión personal, de los aparecidos este año en lengua castellana y que han llegado a mis oídos. Manifestación es una obra absolutamente singular, tan atemporal que comete el atrevimiento -al menos para los constreñimientos pop- de comenzar con un canto gregoriano y proseguir con algo así como una muestra de juglaría medieval. A partir de ahí, muchas otras referencias, sobre todo de la psicodelia y el prog-rock más melódico de los sesenta, así como un empeño, plenamente justificado, porque él puede, de separar su propuesta de cualquier contexto obvio. Una maravilla, una pieza de orfebrería compuesta por 11 temas que se escuchan como uno y que, una vez más, la disquera catalana
Guerssen ha puesto en circulación con buen hacer. La palabra delicia se inventó para esto.
02 The Innocence Mission - See You Tomorrow (Bella Union): Siempre es digno de alabanza que una banda tan longeva como la integrada por
Mike Bitts y el matrimonio formado por
Don y
Karen Peris ponga en circulación el que probablemente sea su mejor disco cuando ya nadie lo esperaba y sobre una base creativa que ha puesto Karen prácticamente en solitario, a la cual la banda ha dado la redondez de sabor que uno aprecia cuando enfila la escucha del disco y al poco de empezar la apertura con “The Brothers Williams said”, la deriva hacia el infinito que desvela el inicio de su orquestación le paraliza cual veneno de curare, o ataque severo de síndrome de Stendhal. Una sensación que no es más que el principio, pues a lo largo del álbum no abandonaremos jamás ese sentimiento de estar ante la belleza más pura y cristalina que haya sido enlatada en vinilo en el ejercicio más aciago de todos. Unas canciones que parten de la sencillez, con la voz tímida de su autora sobrevolando todo como si fuera un ente celestial y la maravillosa textura que aporta una producción que da justo en el clavo, resaltando el impresionante material que hay aquí, con maravillas como “On your side” o “At lake Maureen” a la cabeza. Un trabajo sereno, apaciguante y extremadamente bello.
01 Sault - Untitled (Black is) / Untitled (Rise) (Forever Living Originals): No sabemos si algún día conoceremos con certeza y exactitud quién o quiénes se encuentran detrás del misterioso colectivo que opera desde el Reino Unido y se autodenomina
Sault, trabajando de forma absolutamente anónima, sin ningún tipo de promoción convencional y por fines absolutamente benéficos. Sólo conocemos que están implicados el también enigmático productor
Inflo (Little Simz, Michael Kiwanuka) y su colaboradora habitual, la cantante
Cleo Sol, asimismo presente en esta lista con su disco en solitario, pero todo apunta a que ellos no son más que la punta de un iceberg que alberga a mucha más gente y que ha sido capaz de traer al mundo, en tan sólo dos años, cuatro discos absolutamente soberbios, tan innovadores como recuperadores de herencias casi olvidadas, todos ellos dobles e individualizables unos sobre los otros, tal es el caso de estos dos descomunales discos sin título y subtitulados, a su vez,
Black is, uno y
Rise, el otro. Dos trabajos que tienen el hilo conductor común de hacer orgullo y recolección de la herencia de la raza negra, tan especialmente maltratada este año, para reivindicar, de una forma más potente en un caso que en el otro, la necesaria igualdad y respeto que todas las mujeres y hombres de este planeta merecemos.
Black is es más político, si quieren, que
Rise, puesto que el segundo apuesta por el baile como elemento liberador e igualador, pero ambos cuentan en su seno con tal variedad estilística y una habilidad a la hora de poner todo en solfa con un sentido de universalidad, capaz de dejar boquiabierto a cualquiera. Canciones como “Wildfires” o “I just wanna dance” sólo son el buque insignia de lo que es, ante todo, un disfrute puro del poder de la música como agente integrador y unificador de un mundo que cada vez nec coesita más no olvidar el concepto de solidaridad y, sin embargo, cada vez se aleja más y más de él.
La lista acaba aquí, pero "no se vayan todavía que aún hay más". Como premio a los que han llegado, leyendo, hasta aquí, dejo una adenda de 21 discos, que me han gustado tanto o más que los que he reseñado, pero no se puede llegar a todo, obviamente. Y también una nutrida playlist que repasa las mejores termina hoy y que me sirve de excusa para desearos a todos una entrada de 2021 sana, feliz y esperanzadora. Fuck 2020!!
LA LISTA EXTRA:
Alexandra Savior - The Archer
Isobel Campbell - There Is No Other
The Orielles - Disco Volador
Johnny B. Zero - Metonimy Of Sound
The Fantasy Orchestra - The Bear And Other Stories
José James - No Beginning No End Vol. 2
Monophonics - It's Only Us
Gary Olson - Gary Olson
Cándida - Ciclogénesis Explosiva
Gonzalo Fuster - Almacenero Marx
La Gran Esperanza Blanca - Alice Maravilla
Sorry - 925
The Lemon Twigs - Songs For The General Public
Ray Lamontagne - Monovision
Gregory Porter - All Rise
Ohmme - Fantasize Your Ghost
Paul Molloy - The Fifth Dandelion
Belako - Plastic Drama
Laura Veirs - My Echo
Elvis Costello - Hey Clockface
Nacho Casado - Amor, Música y Lágrimas
2 Comentarios
Soy de las personas que afronta las listas ajenas con el ánimo de encontrar regalos, así que no hay día mejor que hoy para meterme a fondo con la tuya, querido Juanjo que, siempre, eres garantía de novedades, porque huyes de lugares comunes y eso es un verdadero lujo. Y encuentro, claro que encuentro, cosas que se me habían pasado y que merecen la pena: Cleo Sol + Matt Berry (***) + José James + OHMME.
ResponderEliminarGracias
Gracias a ti, Alberto, por tu constante buen feedback y por leer y escuchar con apertura de mente. La apertura de mente es ahora más necesaria que nunca. Un fuerte abrazo!
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