Entrevista a La Fiancée Solitaire: "Siempre he estado en tierra de nadie, es muy difícil definirme"

En todas las ciudades donde eso del rock and roll sigue pareciendo una cosa de locos, máxime en estos tiempos donde el sambenito de riesgo para la salud pública se cuelga en ciertos eventos que a muchos y muchas nunca les interesaron, existe siempre un núcleo de resistentes. Gente que se ocupa y se preocupa de que las cosas se sigan haciendo igual de bien o incluso mejor que antes, y que tiene las antenas bien orientadas para facilitarnos alimento sonoro de calidad a quienes nos sentimos huérfanos de música en directo, ya relegados a emplazamientos limitados y bajo la otra dictadura, la de los horarios, tan dudosa como las demás. El Colectivo, seres inquietos y solícitos donde los haya, tienen a bien traer al escenario de la terraza Ambigú Axerquía en Córdoba a una hija de la ciudad, amiga y emigrada (solo laboral) a la capital, que presenta unas canciones embriagadoras y llenas de sutilidad pop bajo un manto de aparente simplicidad. María Guerra, la voz y la creatividad detrás de La Fiancée Solitaire, se asoma a estas páginas desde la amabilidad y el gustazo de compartir cervezas y conversación apasionada en la imprescindible Plaza de Las Cañas, nunca mejor dicho, de la capital cordobesa. Su verdadera patria, y la nuestra, junto con su alma artística, abiertas de par en par en una entrevista que el que suscribe recordará durante mucho tiempo. Espero que les sirva para descubrir lo más importante: su música.

¿Cuándo empezó y por qué surgió el proyecto de La Fiancée Solitaire?

Pues supongo que de una inquietud, siempre me ha interesado la música, la expresión artística, la poesía. Siendo de Córdoba y tal, yo también estudié Filología Inglesa y la poesía y la expresión siempre han sido importantes. Luego la música no sé, porque la cosa es que yo estudié en el Conservatorio de chica, preparatorio y dos años de solfeo y guitarra, y no me gustó nada. Luego al cabo del tiempo comencé otra vez a tocar la guitarra en modo los libros estos de acordes, libracos, antes de internet y todo, y ahí empecé como a jugar, a inventarme melodías, canciones, con acordes super básicos, porque lo mío no es que sea una cosa ahí muy loca. Yo creo que un poco de la conjunción de las dos cosas, de melodías y acordes básicos por así decirlo, y la letra, y fluir y lo que surja.


Hablas de las letras como algo realmente importante, supongo que porque te gusta mucho leer, y lo de la música entonces vino por ahí, por esa conjugación de ambas cosas.

Tampoco es una cosa muy metódica ni muy pensada ni planteada, por eso lo de proyecto a veces parece como que viene un poco grande porque parece que tienes un objetivo y tal y bueno, es simplemente jugar, una necesidad. También a veces unas ganas de sacar cosas y de hacer algo, porque es también muy gratificante y muy pleno cuando te encuentras algo que te gusta y que te lleva y que te resuena, y esa sensación es muy guay. Luego también a la hora de irme a Madrid editar, el poder compartirlo, es verdad que quizá ha sido más fácil que aquí en Córdoba. Allí hay un movimiento que para gente que estamos empezando y que no tenemos una proyección grande es muy agradecido porque hay más sitios para tocar. Aquí también habrá oportunidades, pero yo llevo siete años en Madrid y para encontrar grupos yo me metí en una cosa que se hacía en el Fotomatón, uno de los bares bastante míticos y de hecho quien me lleva ahora el management fue mi profesor de guitarra y es alguien que tiene ahora otro grupo, 770, y ha tocado como guitarrista con La Bien Querida, Love of Lesbian, y traía a gente, que este es un proyecto muy bonito, como Julio de la Rosa, Martí Perarnau, y a gente del indie.


Tocaste también con Ela Vin, ¿no?

Sí, en el Fotomatón de hecho, que a Ela Vin yo la conocí porque tocó en un concierto con El Colectivo en Córdoba y es una chica de Valencia que también está haciendo bastantes cosillas últimamente y lleva ya una proyección y bueno, quedamos en Madrid y hemos tocado juntas no sé si una o dos veces.


Cuando hablamos de la carga que tiene la poesía en La Fiancée Solitaire, es algo que podemos encontrar ya en el mismo nombre artístico y que se extiende a los títulos de tus dos EPs, “Eros” y “Agricultura celeste, hasta llegar a tu nuevo single, “La Dama de Shalott”, que ambos sabemos que es uno de los grandes poemas de Alfred Tennyson, pero también es el nombre de un cuadro inspirado en dicho poema.

Sí, de hecho empezó ahí, empezó porque yo fui a Londres y a mí el movimiento prerrafaelita siempre me ha llamado mucho la atención, aparte de que creo que es algo muy moderno, porque nos podemos sentir todos muy identificados un poco con lo que propone. Ellos notaron eso, con la revolución industrial y una época de pronto de modernidad brutal, de aceleración de tiempos, era volver un poco a lo artesano, a lo real. Por eso también la vuelta a lo medieval como ese refugio de lo natural, de lo humano, y creo que hay muchas puertas ahí para pasar porque nos sentimos muy identificados aparte con todo lo que es el romanticismo, que ya sabrás que es un choque contra la modernidad, una necesidad de reivindicar lo humano, igual en estas épocas. Y “La Dama de Shalott” en principio era una canción mía, yo allí a veces también trabajo con gente que se dedica más a las artes plásticas y he tocado en festivales de arte contemporáneo y tal. Hay un colectivo, Lumpa Estudio, que es una galería que está en mi calle y somos muy amigas, y al final es esa conjunción, y lo que te decía de “La Dama de Shalott” por ejemplo pues es eso, una mujer que está encerrada, que tiene una maldición, que no puede ver la realidad de cara, todo es a través de tapices y de imágenes, y de pronto ver esa realidad le rompe todo. No sé, son como unas connotaciones de la necesidad también de lo real y de lo humano.


Y eso también está emparentado, aunque ya sabemos todo lo que significó aquel movimiento, con todo lo que está sucediendo ahora; hay un paralelismo muy claro con la realidad que vivimos, y no solo por el tema de la pandemia y cuarentenas y demás, sino que cada vez más la gente vive encerrada ante sus propias pantallas y tiene una imagen totalmente distorsionada del mundo real. ¿Sería una nueva revolución renunciar a ello?

Totalmente. Yo creo que si no hay movimientos que propugnen un apagón total de las pantallas deberíamos intentar llevarlo a cabo cada uno en la medida que podamos. Hacer un apagón, no solo de las televisiones, porque yo creo que la gente de nuestra edad ya las vemos poco (solo lo que es el telediario y todo ese rollo) pero todavía siguen siendo un peso importante en los mass media, pero es lo que tú dices, y esto se va a publicar en Internet y todo, o sea que somos un poco contradictorios en ese sentido, pero saber encauzarlo y tener una distancia con eso porque al final son mediadores y te van a contar un poco lo que quieran.


La economía es muy poderosa y vivimos bajo el manto y la dictadura del capitalismo, y es una quimera harto complicada, al menos a corto o medio plazo.

Sí, y tampoco hay que ser talibán ni en un sentido ni en otro, que cada cual se vaya cogiendo la medida que necesite, pero un poco tenerlo en cuenta. Y lo digo por mí la primera.


Volviendo al plano creativo, y dejando aparte las letras, es cierto que no es una música complicada, en el sentido de que puede llegar a cualquiera con un mínimo de gusto por el pop. En tu caso puede haber un plus por aquello de haber estudiado en el conservatorio.

Lo del conservatorio fue cuando estaba en séptimo u octavo de EGB, fue el principio, pero una cosa muy puntual. Por un lado es eso, y por otro pues no sé, escuchar a PJ Harvey y toda esa escena como más oscura, de hecho yo cuando saco una canción un poquito más luminosa te juro que me alegro mucho y un poco me lo impongo, como decir “oye, ya…”.


Me viene a la cabeza “Los veraneantes” como un tema en esa onda más brillante, ¿no?

Sí, sí, es mucho más pop y te juro que me alegro y me lo pongo y digo “no puede ser”, porque a mí me resultaba muy fácil meterme en mi bucle de negritud y tampoco puede ser. Es que hay gente que es como todo brillante y a mí eso me cansa, y sobre todo de cara a hacer un concierto no puedo estar así todo el rato.


Es la brillantez del pop de toda la vida a fin de cuentas, pero con esas sombras y zonas oscuras que también brillan de alguna manera. ¿Crees que es más fácil captar la atención con ese tipo de contrastes que están presentes en tus dos EPs?

También es por mí, como un ejercicio de salir de ahí. A ver, yo también soy una persona alegre y me gusta mucho estar y disfrutar, y precisamente yo creo que muchas veces la gente que escribe canciones más melancólicas (del paraíso perdido y todo ese rollo) es como para decir “joder, si esto está todo de puta madre para disfrutarlo muchísimo”, pues ¿qué coño pasa para que no sea así? Con todo lo que hay y todo lo que tenemos: la naturaleza, la gente… La vida en sí, que es como una potencia increíble. Entonces es esa lucha un poco, el agonista en el sentido del protagonista, del luchador y del combatiente.


Se puede también establecer esa conexión en las letras, de hecho son muy costumbristas en algún sentido. Hacen referencias a lugares concretos, a personas, y todo eso con el trasfondo oscuro que tienen, en cierta medida, es uno de los atractivos de tu propuesta. ¿Lo ves tú de la misma forma?

Sí, sobre todo el intentar compensar, porque hacer letras como gongorinas… Puede haber un ramalazo en un momento, que está guay, pero se puede hacer como muy pesado y cansado para mí también. Hay una forma de llegar no tanto a la gente en el sentido de enganchar, sino por mí, de llegar a mi verdad, porque yo vivo el día a día como una persona normal que va a currar todos los días, que tiene sus movidas con sus parejas, con sus amigos, con todo… Entonces me parece muy guay la gente que quiera hacer algo más barroco-rococó, yo podría tender para allá quizá demasiado fácilmente, pero intento contenerme un poco por un ejercicio de intentar simplificar y llegar un poquito a la verdad.


A la verdad del artista, claro, y el pop a lo mejor es el mejor vehículo para ello. ¿Ha tenido mucho que ver el trabajo de producción para llegar a estas canciones aparentemente sencillas pero con bastante más trasfondo del que parece?

Sí, el productor se llama Fernando Moreira y lleva una trayectoria musical importante con grupos como Trono de Sangre, es profesor de guitarra, colabora con mucha gente y ahora mismo es guitarrista de Cuerno y no recuerdo qué grupos más. Es una persona muy potente y además un tío super dedicado en lo que se pone. Se juntan genio, talento, disciplina y compromiso. A mí desde el principio me puso en contacto con gente de Madrid que teníamos en común y le moló el proyecto, que yo al principio pensé que no porque lo que él hace es así como tan contundente y guitarrero, y me llamó la atención que me haya seguido acompañando todo este tiempo y espero que mucho más.


¿Trajo él a los músicos que grabaron contigo?

El batería por ejemplo se llama Reto, toca con él en otro grupo que fue también bastante importante en el rollo del rock duro y tal, y cuando he tocado en Madrid en la Siroco o en el Superlativo con banda, son gente que ha tocado con él en Trono de Sangre. Por ejemplo, David Bernabé, que está también como bajista en varios grupos, y en el que tiene ahora Ángel Carmona en su grupo, que hacen versiones de Neil Young, Franela, y Reto también. A mí me gustaría tocar mucho más con ellos en directo, con banda y tal, pero el año pasado fue imposible y el año que pudimos tocar hicimos dos o tres conciertos y con ganas de volver a tocar con ellos.


¿Te presentas en estos conciertos solo con Fernando acompañándote?

Aquí solo con Fernando, porque es imposible traerlos a todos. Otro acaba de ser papá creo, y además supondría primero ponerlos a ensayar, que hace mogollón que está el proyecto con banda ahí desde el año pasado y tampoco me mola. Ojalá pueda venir ya otra vez con toda la banda porque creo que mola muchísimo pero con Fernando ya te digo yo que va a ser genial.


 Tenemos dos EPs hasta el momento, “Eros” y “Agricultura celeste”, con ocho canciones en total. Hay otro tema, el ya citado “La dama de Shalott”, que es el último que has grabado, pero ¿qué diferencia hay, o hasta dónde has podido progresar, entre el primero y el segundo de esos EPS?

Bueno, “Eros” recogía un poco todo lo que había sido mi trayectoria antes de ir a Madrid, o los primeros años en Madrid, y con “Agricultura celeste” para mí no hay una interrupción, es como una continuidad en realidad y te mentiría realmente si te digo lo contrario. De hecho cuando empezamos a tocar “Eros” en Madrid, porque ahora hay nuevas canciones más otras que no están editadas, tocaba ya canciones que iban a estar en “Agricultura celeste”.


¿Puede que sean dos etapas diferentes, y una funciona como la evolución de la otra, o simplemente fue por espaciar las canciones en dos trabajos distintos?

Quizá en “Agricultura celeste” para mí hay canciones que tienen más continuidad, como sería a lo mejor “Catedrales” que sí entronca más con “Eros”, o “La lección”, pero luego por ejemplo “Perfectas” y “Semifinalista” intentan buscar otro sonido. Aparte, a esa canción la seleccionaron también para un concurso a nivel nacional, de hecho la seleccionó Carmona y también Paco Loco en el Monkey Week que estaba como jurado, y para un concurso de música independiente que se organiza en Galicia pero es a nivel nacional, había como cuatrocientos candidatos y tal. A mí el rollo de que te seleccione un jurado así potente, que creo que nos seleccionaron a unos veinte, pues me parece guay. Yo de lo que tengo ganas es de abrir muchas puertas, tengo muchas inquietudes, y de hecho en el concierto seguramente me traeré el teclado, tocaré también canciones con teclado, que quiero empezar ahí a investigar. Básicamente habrá guitarras, y luego de caramelito en los bises a lo mejor me traigo el teclado y toco un par de temas.


¿Qué va a pasar con “La dama de Shalott”, se va a quedar como un single suelto de esos que luego llevan cara B como regalo para fans o algo así?

“La dama de Shalott” tiene una cara B que no se publicó, que se llama “Los dioses”, y que es la parte así como más mística yo creo. Yo también tengo un ramalazo muy místico, me interesa lo simbólico y la parte del silencio mistérico-sagrado, por así decirlo. De hecho, “Agricultura celeste” viene de la alquimia, y hay una parte más callada en la que intento ahondar y luego una parte más pop, más accesible, y al final todo viene un poco de desilusiones, rupturas amorosas, desengaños, decepciones, un poco lo de siempre, y engancha a la gente, porque todos pasamos un poco por lo mismo, lo que pasa es que en el día a día pues tampoco te vas a tomar una cerveza con alguien y ponerte ahí en ese modo. Es el desdoblamiento, es nuestro doppelganger, y es necesario sobre todo en esta sociedad en la que somos todos ya muy descreídos el ir encontrando nuestros momentitos.


La primera vez que te vimos fue aquí en Córdoba, en una pequeña librería, en una presentación casi entre colegas. Suponemos que no quieres perder esa identidad, ese sentido de pertenencia a un entorno y a una ciudad que está llena de rincones y barrios para perderse y estrechar lazos con tu gente, que sigue estando ahí. ¿Cómo te sientes al volver, te ves como una especie de exiliada o como una profeta en tu tierra?

Profeta en mi tierra nunca (risas). No, yo en general creo que siempre he sido una persona que está en tierra de nadie, porque me es muy difícil definirme. Soy una persona muy leal con la gente y todo pero luego es lo que comentábamos, necesito también mi espacio para mí. Madrid en ese sentido, el tener más tiempo, el anonimato y tal me va mejor para algunas cosas, y obviamente la oferta cultural que hay allí, la apertura, pero yo necesito y me gusta mucho llegar a Córdoba y conocer a mi gente, irme a un bar y encontrarme a gente que quiero, estar en esta ciudad preciosa que es una maravilla, una joya total y a mí me encanta. Siempre que vengo me pierdo, me hago un recorrido sola por ahí por San Lorenzo, por la Judería… Me flipa descubrir Córdoba tanto sola como obviamente estar aquí con gente, que hay sitios preciosos también para tomarte algo, como donde estamos ahora, y todos sabemos que está llena de sitios muy guays, gente además con mucho mimo para las cosas. Yo por ejemplo cuando fui a Madrid echaba de menos el ambiente intelectual de Córdoba, y de pronto parece como que te ponen el pin de Madrid y eso es una postura un poco cateta. Yo allí tuve que rebuscar, hay cosas obviamente maravillosas, pero en Córdoba es algo muy especial. Al principio me costó hasta que te haces un poco con lo tuyo porque sí, está Malasaña y esas cosas, pero aquí tenemos mucho y también hay que valorarlo. Molaría que hubiese más grupos de música aquí, que los hay, pero que tengan más visibilidad. Tengo que decir que agradezco mucho a El Colectivo toda la labor y la función que están haciendo, siempre están organizando conciertos y más ahora con este ambiente tan hostil para la música. Están mezclando música y hostelería, que son los dos ambientes más hostiles que hay en la pandemia, que eso ya sería para hacer mil entrevistas más pero en otros tonos, y no sé si meterme por ahí. Obviamente sabemos que ahora ni el uno por ciento, con lo cual está muy demonizado.


Hay que avanzar como sea, y este formato de conciertos al aire libre y al mediodía está empezando a dar sus frutos.

Por supuesto, es que hay gente que vive de esto. En mi caso yo tengo mi curro, pero es que en Madrid yo he estado yendo a conciertos, aparte de porque me mola, porque yo no me sentía ni en riesgo ni en nada, y porque creo que, joder, esta peña tiene que seguir viviendo.


Aunque tampoco creo que tengamos que acostumbrarnos a esto, porque las noticias y las fotos que vimos del experimento que hicieron Love Of Lesbian metiendo a miles de personas con mascarilla, todos con PCR hecha y demás, no sé si es esperanzador o la prueba definitiva para mucha gente de que no queremos ir a un concierto en esas condiciones.

Con una PCR y con una mascarilla no. Si me dicen que eso solo es hasta finales de este año y ya está, ahí me lo pensaría, pero si lo que quieren hacer es esto como algo normal pues no. Es loable y que cada cual haga lo que quiera, pero así desde luego yo no quiero seguir siempre.


            

Escucha a La Fiancée Solitaire aquí.

Reserva de mesas para el concierto: ambiguaxerquia@gmail.com / Kiosko Tendillas

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