¿Cuándo empezó y por qué surgió el proyecto de La Fiancée Solitaire?
Pues supongo que de una inquietud, siempre me ha interesado la música, la expresión artística, la poesía. Siendo de Córdoba y tal, yo también estudié Filología Inglesa y la poesía y la expresión siempre han sido importantes. Luego la música no sé, porque la cosa es que yo estudié en el Conservatorio de chica, preparatorio y dos años de solfeo y guitarra, y no me gustó nada. Luego al cabo del tiempo comencé otra vez a tocar la guitarra en modo los libros estos de acordes, libracos, antes de internet y todo, y ahí empecé como a jugar, a inventarme melodías, canciones, con acordes super básicos, porque lo mío no es que sea una cosa ahí muy loca. Yo creo que un poco de la conjunción de las dos cosas, de melodías y acordes básicos por así decirlo, y la letra, y fluir y lo que surja.
Hablas de las letras como algo realmente importante, supongo que porque te gusta mucho leer, y lo de la música entonces vino por ahí, por esa conjugación de ambas cosas.
Tampoco es una cosa muy metódica ni muy pensada ni
planteada, por eso lo de proyecto a veces parece como que viene un poco grande
porque parece que tienes un objetivo y tal y bueno, es simplemente jugar, una
necesidad. También a veces unas ganas de sacar cosas y de hacer algo, porque es
también muy gratificante y muy pleno cuando te encuentras algo que te gusta y
que te lleva y que te resuena, y esa sensación es muy guay. Luego también a la
hora de irme a Madrid editar, el poder compartirlo, es verdad que quizá ha sido
más fácil que aquí en Córdoba. Allí hay un movimiento que para gente que
estamos empezando y que no tenemos una proyección grande es muy agradecido
porque hay más sitios para tocar. Aquí también habrá oportunidades, pero yo
llevo siete años en Madrid y para encontrar grupos yo me metí en una cosa que
se hacía en el Fotomatón, uno de los bares bastante míticos y de hecho quien me
lleva ahora el management fue mi
profesor de guitarra y es alguien que tiene ahora otro grupo, 770, y ha tocado
como guitarrista con La Bien Querida, Love of Lesbian, y traía a gente, que
este es un proyecto muy bonito, como Julio de la Rosa, Martí Perarnau, y a
gente del indie.
Tocaste también con
Ela Vin, ¿no?
Sí, en el Fotomatón de hecho, que a Ela Vin yo la conocí
porque tocó en un concierto con El Colectivo en Córdoba y es una chica de
Valencia que también está haciendo bastantes cosillas últimamente y lleva ya
una proyección y bueno, quedamos en Madrid y hemos tocado juntas no sé si una o
dos veces.
Cuando hablamos de la
carga que tiene la poesía en La Fiancée Solitaire, es algo que podemos
encontrar ya en el mismo nombre artístico y que se extiende a los títulos de
tus dos EPs, “Eros” y “Agricultura celeste, hasta llegar a tu nuevo single, “La
Dama de Shalott”, que ambos sabemos que es uno de los grandes poemas de Alfred
Tennyson, pero también es el nombre de un cuadro inspirado en dicho poema.
Sí, de hecho empezó ahí, empezó porque yo fui a Londres y a
mí el movimiento prerrafaelita siempre me ha llamado mucho la atención, aparte
de que creo que es algo muy moderno, porque nos podemos sentir todos muy
identificados un poco con lo que propone. Ellos notaron eso, con la revolución
industrial y una época de pronto de modernidad brutal, de aceleración de
tiempos, era volver un poco a lo artesano, a lo real. Por eso también la vuelta
a lo medieval como ese refugio de lo natural, de lo humano, y creo que hay
muchas puertas ahí para pasar porque nos sentimos muy identificados aparte con
todo lo que es el romanticismo, que ya sabrás que es un choque contra la
modernidad, una necesidad de reivindicar lo humano, igual en estas épocas. Y
“La Dama de Shalott” en principio era una canción mía, yo allí a veces también
trabajo con gente que se dedica más a las artes plásticas y he tocado en
festivales de arte contemporáneo y tal. Hay un colectivo, Lumpa Estudio, que es
una galería que está en mi calle y somos muy amigas, y al final es esa
conjunción, y lo que te decía de “La Dama de Shalott” por ejemplo pues es eso,
una mujer que está encerrada, que tiene una maldición, que no puede ver la
realidad de cara, todo es a través de tapices y de imágenes, y de pronto ver
esa realidad le rompe todo. No sé, son como unas connotaciones de la necesidad
también de lo real y de lo humano.
Totalmente. Yo creo que si no hay movimientos que propugnen
un apagón total de las pantallas deberíamos intentar llevarlo a cabo cada uno
en la medida que podamos. Hacer un apagón, no solo de las televisiones, porque
yo creo que la gente de nuestra edad ya las vemos poco (solo lo que es el
telediario y todo ese rollo) pero todavía siguen siendo un peso importante en
los mass media, pero es lo que tú
dices, y esto se va a publicar en Internet y todo, o sea que somos un poco
contradictorios en ese sentido, pero saber encauzarlo y tener una distancia con
eso porque al final son mediadores y te van a contar un poco lo que quieran.
La economía es muy
poderosa y vivimos bajo el manto y la dictadura del capitalismo, y es una
quimera harto complicada, al menos a corto o medio plazo.
Sí, y tampoco hay que ser talibán ni en un sentido ni en
otro, que cada cual se vaya cogiendo la medida que necesite, pero un poco
tenerlo en cuenta. Y lo digo por mí la primera.
Volviendo al plano
creativo, y dejando aparte las letras, es cierto que no es una música
complicada, en el sentido de que puede llegar a cualquiera con un mínimo de
gusto por el pop. En tu caso puede haber un plus por aquello de haber estudiado
en el conservatorio.
Lo del conservatorio fue cuando estaba en séptimo u octavo
de EGB, fue el principio, pero una cosa muy puntual. Por un lado es eso, y por
otro pues no sé, escuchar a PJ Harvey y toda esa escena como más oscura, de
hecho yo cuando saco una canción un poquito más luminosa te juro que me alegro
mucho y un poco me lo impongo, como decir “oye,
ya…”.
Me viene a la cabeza
“Los veraneantes” como un tema en esa onda más brillante, ¿no?
Sí, sí, es mucho más pop y te juro que me alegro y me lo
pongo y digo “no puede ser”, porque a
mí me resultaba muy fácil meterme en mi bucle de negritud y tampoco puede ser.
Es que hay gente que es como todo brillante y a mí eso me cansa, y sobre todo
de cara a hacer un concierto no puedo estar así todo el rato.
Es la brillantez del
pop de toda la vida a fin de cuentas, pero con esas sombras y zonas oscuras que
también brillan de alguna manera. ¿Crees que es más fácil captar la atención
con ese tipo de contrastes que están presentes en tus dos EPs?
También es por mí, como un ejercicio de salir de ahí. A ver,
yo también soy una persona alegre y me gusta mucho estar y disfrutar, y
precisamente yo creo que muchas veces la gente que escribe canciones más
melancólicas (del paraíso perdido y todo ese rollo) es como para decir “joder, si esto está todo de puta madre para
disfrutarlo muchísimo”, pues ¿qué coño pasa para que no sea así? Con todo
lo que hay y todo lo que tenemos: la naturaleza, la gente… La vida en sí, que
es como una potencia increíble. Entonces es esa lucha un poco, el agonista en
el sentido del protagonista, del luchador y del combatiente.
Se puede también
establecer esa conexión en las letras, de hecho son muy costumbristas en algún
sentido. Hacen referencias a lugares concretos, a personas, y todo eso con el
trasfondo oscuro que tienen, en cierta medida, es uno de los atractivos de tu
propuesta. ¿Lo ves tú de la misma forma?
Sí, sobre todo el intentar compensar, porque hacer letras
como gongorinas… Puede haber un ramalazo en un momento, que está guay, pero se
puede hacer como muy pesado y cansado para mí también. Hay una forma de llegar
no tanto a la gente en el sentido de enganchar, sino por mí, de llegar a mi
verdad, porque yo vivo el día a día como una persona normal que va a currar
todos los días, que tiene sus movidas con sus parejas, con sus amigos, con todo…
Entonces me parece muy guay la gente que quiera hacer algo más barroco-rococó,
yo podría tender para allá quizá demasiado fácilmente, pero intento contenerme
un poco por un ejercicio de intentar simplificar y llegar un poquito a la
verdad.
A la verdad del
artista, claro, y el pop a lo mejor es el mejor vehículo para ello. ¿Ha tenido
mucho que ver el trabajo de producción para llegar a estas canciones aparentemente
sencillas pero con bastante más trasfondo del que parece?
Sí, el productor se llama Fernando Moreira y lleva una
trayectoria musical importante con grupos como Trono de Sangre, es profesor de
guitarra, colabora con mucha gente y ahora mismo es guitarrista de Cuerno y no
recuerdo qué grupos más. Es una persona muy potente y además un tío super
dedicado en lo que se pone. Se juntan genio, talento, disciplina y compromiso.
A mí desde el principio me puso en contacto con gente de Madrid que teníamos en
común y le moló el proyecto, que yo al principio pensé que no porque lo que él
hace es así como tan contundente y guitarrero, y me llamó la atención que me
haya seguido acompañando todo este tiempo y espero que mucho más.
¿Trajo él a los
músicos que grabaron contigo?
El batería por ejemplo se llama Reto, toca con él en otro
grupo que fue también bastante importante en el rollo del rock duro y tal, y
cuando he tocado en Madrid en la Siroco o en el Superlativo con banda, son
gente que ha tocado con él en Trono de Sangre. Por ejemplo, David Bernabé, que
está también como bajista en varios grupos, y en el que tiene ahora Ángel Carmona
en su grupo, que hacen versiones de Neil Young, Franela, y Reto también. A mí
me gustaría tocar mucho más con ellos en directo, con banda y tal, pero el año
pasado fue imposible y el año que pudimos tocar hicimos dos o tres conciertos y
con ganas de volver a tocar con ellos.
Aquí solo con Fernando, porque es imposible traerlos a
todos. Otro acaba de ser papá creo, y además supondría primero ponerlos a
ensayar, que hace mogollón que está el proyecto con banda ahí desde el año
pasado y tampoco me mola. Ojalá pueda venir ya otra vez con toda la banda
porque creo que mola muchísimo pero con Fernando ya te digo yo que va a ser
genial.
Bueno, “Eros” recogía un poco todo lo que había sido mi
trayectoria antes de ir a Madrid, o los primeros años en Madrid, y con “Agricultura
celeste” para mí no hay una interrupción, es como una continuidad en realidad y
te mentiría realmente si te digo lo contrario. De hecho cuando empezamos a
tocar “Eros” en Madrid, porque ahora hay nuevas canciones más otras que no
están editadas, tocaba ya canciones que iban a estar en “Agricultura celeste”.
¿Puede que sean dos
etapas diferentes, y una funciona como la evolución de la otra, o simplemente fue
por espaciar las canciones en dos trabajos distintos?
Quizá en “Agricultura celeste” para mí hay canciones que
tienen más continuidad, como sería a lo mejor “Catedrales” que sí entronca más
con “Eros”, o “La lección”, pero luego por ejemplo “Perfectas” y “Semifinalista”
intentan buscar otro sonido. Aparte, a esa canción la seleccionaron también
para un concurso a nivel nacional, de hecho la seleccionó Carmona y también Paco
Loco en el Monkey Week que estaba como jurado, y para un concurso de música
independiente que se organiza en Galicia pero es a nivel nacional, había como
cuatrocientos candidatos y tal. A mí el rollo de que te seleccione un jurado
así potente, que creo que nos seleccionaron a unos veinte, pues me parece guay.
Yo de lo que tengo ganas es de abrir muchas puertas, tengo muchas inquietudes,
y de hecho en el concierto seguramente me traeré el teclado, tocaré también
canciones con teclado, que quiero empezar ahí a investigar. Básicamente habrá
guitarras, y luego de caramelito en los bises a lo mejor me traigo el teclado y
toco un par de temas.
¿Qué va a pasar con “La
dama de Shalott”, se va a quedar como un single suelto de esos que luego llevan
cara B como regalo para fans o algo así?
“La dama de Shalott” tiene una cara B que no se publicó, que
se llama “Los dioses”, y que es la parte así como más mística yo creo. Yo
también tengo un ramalazo muy místico, me interesa lo simbólico y la parte del
silencio mistérico-sagrado, por así decirlo. De hecho, “Agricultura celeste”
viene de la alquimia, y hay una parte más callada en la que intento ahondar y
luego una parte más pop, más accesible, y al final todo viene un poco de
desilusiones, rupturas amorosas, desengaños, decepciones, un poco lo de
siempre, y engancha a la gente, porque todos pasamos un poco por lo mismo, lo
que pasa es que en el día a día pues tampoco te vas a tomar una cerveza con alguien
y ponerte ahí en ese modo. Es el desdoblamiento, es nuestro doppelganger, y es necesario sobre todo
en esta sociedad en la que somos todos ya muy descreídos el ir encontrando
nuestros momentitos.
La primera vez que te
vimos fue aquí en Córdoba, en una pequeña librería, en una presentación casi
entre colegas. Suponemos que no quieres perder esa identidad, ese sentido de
pertenencia a un entorno y a una ciudad que está llena de rincones y barrios
para perderse y estrechar lazos con tu gente, que sigue estando ahí. ¿Cómo te
sientes al volver, te ves como una especie de exiliada o como una profeta en tu
tierra?
Profeta en mi tierra nunca (risas). No, yo en general creo que siempre he sido una persona que
está en tierra de nadie, porque me es muy difícil definirme. Soy una persona
muy leal con la gente y todo pero luego es lo que comentábamos, necesito
también mi espacio para mí. Madrid en ese sentido, el tener más tiempo, el
anonimato y tal me va mejor para algunas cosas, y obviamente la oferta cultural
que hay allí, la apertura, pero yo necesito y me gusta mucho llegar a Córdoba y
conocer a mi gente, irme a un bar y encontrarme a gente que quiero, estar en
esta ciudad preciosa que es una maravilla, una joya total y a mí me encanta.
Siempre que vengo me pierdo, me hago un recorrido sola por ahí por San Lorenzo,
por la Judería… Me flipa descubrir Córdoba tanto sola como obviamente estar
aquí con gente, que hay sitios preciosos también para tomarte algo, como donde
estamos ahora, y todos sabemos que está llena de sitios muy guays, gente además
con mucho mimo para las cosas. Yo por ejemplo cuando fui a Madrid echaba de
menos el ambiente intelectual de Córdoba, y de pronto parece como que te ponen
el pin de Madrid y eso es una postura un poco cateta. Yo allí tuve que
rebuscar, hay cosas obviamente maravillosas, pero en Córdoba es algo muy especial.
Al principio me costó hasta que te haces un poco con lo tuyo porque sí, está
Malasaña y esas cosas, pero aquí tenemos mucho y también hay que valorarlo.
Molaría que hubiese más grupos de música aquí, que los hay, pero que tengan más
visibilidad. Tengo que decir que agradezco mucho a El Colectivo toda la labor y
la función que están haciendo, siempre están organizando conciertos y más ahora
con este ambiente tan hostil para la música. Están mezclando música y
hostelería, que son los dos ambientes más hostiles que hay en la pandemia, que
eso ya sería para hacer mil entrevistas más pero en otros tonos, y no sé si
meterme por ahí. Obviamente sabemos que ahora ni el uno por ciento, con lo cual
está muy demonizado.
Hay que avanzar como
sea, y este formato de conciertos al aire libre y al mediodía está empezando a
dar sus frutos.
Por supuesto, es que hay gente que vive de esto. En mi caso
yo tengo mi curro, pero es que en Madrid yo he estado yendo a conciertos,
aparte de porque me mola, porque yo no me sentía ni en riesgo ni en nada, y
porque creo que, joder, esta peña tiene que seguir viviendo.
Aunque tampoco creo
que tengamos que acostumbrarnos a esto, porque las noticias y las fotos que
vimos del experimento que hicieron Love Of Lesbian metiendo a miles de personas
con mascarilla, todos con PCR hecha y demás, no sé si es esperanzador o la
prueba definitiva para mucha gente de que no queremos ir a un concierto en esas
condiciones.
Con una PCR y con una mascarilla no. Si me dicen que eso
solo es hasta finales de este año y ya está, ahí me lo pensaría, pero si lo que
quieren hacer es esto como algo normal pues no. Es loable y que cada cual haga
lo que quiera, pero así desde luego yo no quiero seguir siempre.
Escucha a La Fiancée Solitaire aquí.
Reserva de mesas para el concierto: ambiguaxerquia@gmail.com / Kiosko Tendillas
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