Nathalia Beatriz Dora Peluso nació en Buenos Aires, es, de pleno derecho Argentina. Pero es en España donde la cantante ha desarrollado su carrera música y donde se ha dado a conocer a gran escala. Ahora se llama Nathy Peluso y, aunque comenzó, como otras grandes artistas, subiendo versiones a YouTube, pronto se hizo un hueco en el panorama musical y, el hueco, se convirtió en un gran agujero desde donde estalla la onda expansiva de la fuerza demoledora de esta mujer rompedora y apasionada.

Conjuga, de forma natural, el swing, el jazz, la salsa, el rock, el hip-hop, el folklore latinoamericano y la música brasileira con una pasmosa naturalidad, pasando de un ritmo a otro, de una melodía a otra, con el nexo común del carisma y la magnífica puesta en escena de esta mujer menuda que se crece en los escenarios. Ha conseguido, así, ponerse a la vanguardia de la música latina que triunfa también en Europa. Una suerte de Rosalía a la argentina, con ojos a lo Bowie y mucho ritmo y mucho desparpajo.

En cuanto Nathy Peluso salió al escenario, bastante pasadas las nueve de la noche, el público la recibió con gritos de “¡Nathy! ¡Nathy!” y pareció olvidar, de un plumazo, las dos horas de espera al sol, necesarias, sin dudas, para acreditar y colocar en sus respectivas zonas a los 1500 asistentes. Impecable labor la del staff del festival, bien coordinados en todo momento y facilitando el trabajo de los que estábamos allí para cubrir el evento.

Sólo hicieron falta tres canciones para que la argentina se dirigiera al público agradeciendo que “Ya estáis así con tres canciones, que son como ochenta…”. Y es que, la salida al escenario fue un torbellino que envolvió en una nube de “love” y movimiento un Cortijo del Conde que ya reclamaba su ración anual de música.

Bien acompañada de una banda solvente que bien podían haber estado actuando en cualquier festival de jazz, con Víctor Nassera al bajo, Julio Hernández a la trompeta, Albert Costa al trombón, Juanma Montoya a la guitarra, Eric Castillo a la percusiones y Edy Guzman a los teclados*, Nathy Peluso dejó bien claro que sus influencias y sus gustos musicales vienen desde su infancia, ya que se crió escuchando música que iba desde Ray Charles, Joao Gilberto, Ella Fitzgerald, Atahualpa Yupanqui o D’Angelo y eso dejó su huella en la cantante. 

En sus canciones, fusión de géneros en los que finalmente se ha decantado por un hip-hop feminista y reivindicativo, deja siempre clara su posición hacia el mundo que la rodea y quizás, por eso, su enorme éxito entre la gente joven que hace suyos los gritos de disfrute y libertad. Un disfrute para empezar este ciclo, que sustituye o acompaña, según se mire, al ya asentado Granada Sound y que tanta gente reúne en Granada. 

*Puede haber algún error en la transcripción de los nombres de los componentes de la banda ya que fueron anotados "a vuelapluma" durante el show.