Es CLAMOR popular, desde que, en 2018, María Arnal i Marcel Bagés fuesen los grandes triunfadores de los premios MIN, que el público empieza a mostrar preferencia por otro tipo de sonidos, menos mainstream y más experimentales. Porque el oído, como en todo, también se educa y evoluciona en esto de las músicas populares. A María y a Marcel los descubrimos en un espectáculo absolutamente minimalista, una voz, una guitarra y unas cuantas decenas de efectos y pedales al servicio de la experimentación y la recuperación de un cancionero que ha sido punto de partida para la creación de esta propuesta tan fresca, diferente e innovadora.
Ahora llegan con este otro “CLAMOR”, su último disco, una apuesta más arriesgada que la anterior, con más temas cantados en catalán y una puesta en escena más elaborada, donde el juego de luces se convierte en un elemento más, que muestra, oculta y resalta según conviene al tema que interpreta María Arnal. Temas que, ahora, con voces corales incorporadas tanto en el disco como en directo, nos sorprenden con bellísimas polifonías y juegos vocales que adornan y convierten las canciones en un paseo entre las texturas sonoras que fusionan una música que mira hacia la tradición catalana y la electrónica.
El repertorio, que se nos hizo algo corto, no incluyó algunos temas muy conocidos de “45 cerebros y un corazón”, aunque no faltó el tema que más puertas les abrió, su “Tú que vienes a rondarme” y se centró, sobre todo, en este último trabajo que están presentando. De forma intimista, con una María Arnal siempre expresiva, cadenciosa, acompañando con sus movimientos la intencionalidad en la letra de las canciones mientras que Marcel Bagés, sin embargo, se diluye algo más en la escena general, al haber incorporado un músico más y dos magníficas coristas que arropan y resaltan a María durante el concierto.
Un lujo disfrutar de tan elegante espectáculo que resaltó en todo momento la dicotomía entre suavidad y carácter en la voz de María Arnal, una mujer que transmite en cada giro de su voz y de su cuerpo. Llegaba así el final de Alhautor, un ciclo que ha llevado música de lo más heterogéneo a la Finca El Portón, de Alhaurín de la Torre, un precioso lugar que ha demostrado ser un marco ideal para músicas de todos los estilos.
Con el público tranquilo y respetuoso, incluso cuando María Arnal sugirió que se podían levantar un poquito, sin moverse de los sitios, asegurando con ello la seguridad de los asistentes, que en todo momento estuvieron con las mascarillas puestas. Con ellos, con este magnífico concierto y con las buenas sensaciones vividas allí se cierra este ciclo y con él, un verano que ha llenado de música Alhaurín de la Torre, de manos de "Oh, Salvaje" para que la cultura siga formando parte de nuestras vidas, a pesar de todo.
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