Domingo tarde, domingo Serpiente Negra. Esta vez, turno para El Osombroso y Sonriente folk de las Badlands, una banda de country local que lleva dándonos muy buenos ratos desde hace años. Aunque, lo verdaderamente “osombroso”, en los tiempos que corren, es que la banda haya tenido tanto aguante y hayan sabido usar el “pico y pala” con tanto atino. Lo de esta banda “made in Benalúa” es un claro ejemplo de que, si crees en lo que haces, debes seguir haciéndolo, sean cuales sean los resultados.
En su caso, los resultados son que cada vez tienen más discos, más adeptos y más temas de contenido local en los que nos cuentan las rocambolescas historias que acontecen en las Badlands granaínas. Con un fuerte arraigo folk en sus sonidos y unas influencias que conjugan a la perfección la “américan music” con la música tradicional del entorno. Lo mismo re-versionan “Sabañones” de Agapito Marazuela, que se meten en los sonidos más sórdidos del Mississippi mientras nos sumergen en un anecdotario personal de lo más variopinto.
Les ha pasado de todo, o al menos esos se deduce de sus letras jocosas donde tratan temas cotidianos, como “Catorce Bloody Merys” o, la increíble historia de ese hombre que afirmaba que “Mi caballo tenía sed”. Y es que, en el árido e improductivo entorno de las badlands parece ser que sólo se cría bien la Marihuana (o eso han oído decir ellos) de ahí su “Narcocorrido”. Y, buscándose la vida en un lugar más desértico que Marte, las historias que hablan de “Bud Spender penando” o te piden “Vota a Clint Eastwood” surgen a la par que las críticas poco encubiertas de “Un rey capaz de llorar viendo Dumbo”.
En la formación, que bastantes años atrás conocimos con Isaac Fernández, Antonio Pelomono y Antonio Travé, se han ido uniendo músicos de la talla de Daniel (Gominsky) o Antonio Molina, del que ayer se afirmaba que había tocado su mejor tema después de “Soy minero”. Bromas aparte, que de esas se hacen muchas durante la actuación, al tesón de la banda, que sigue corriendo por sus sueños en cada concierto, se ha ido sumando el de destacados músicos que orbitan en el Osombroso y, lo mismo nos encontramos a Raúl Bernal a los teclados (ayer no fue el caso) que a Julio Molina al banjo (de éste sí pudimos disfrutar ayer).
Son tantas las historias y anécdotas que un concierto de El Osombroso contiene bastantes interludios ocupados por simpáticos monólogos, historias e histerias contadas por un Isaac que siempre arranca risas entre los presentes. Historias como las contenidas en “Gloria o manicomio”, “Varoufakis”, “Crónicas de las badlands”, “La fiebre del oro” o “Anís del mono” que, personalmente, me sigue pareciendo uno de los temas más simpáticos de la banda.
Al final, de lo realmente se trata, es de disfrutar con esta banda, tan al margen de todo lo que se hace en la ciudad y, para ello, Sociedad Fonográfica Subterránea pone su granito de arena editando sus trabajos. El último “No es país para viejos” quedó convenientemente presentado, por todo lo alto, en el concierto con el que Serpiente Negra han vuelto a deleitar a los más rockeros de la ciudad. Nosotros, que seguimos la banda desde sus comienzos, no podemos más que aplaudir el concierto de ayer, el ambiente en Planta Baja y la calidad musical de todos los que se subieron al escenario.
No sabemos si es, o no es, país para viejos. Lo que sí sabemos es que Serpiente Negra sigue llenando las tardes de domingos de buen rock’n’roll y eso, está claro que fideliza al público en un ciclo que ya es un imprescindible en la ciudad de Granada. Próxima parada Theo Lawrence & The Possums, mañana, en Planta Baja, por supuesto.
Crónica y fotos: María Villa
1 Comentarios
El país es para jóvenes, no para viejos
ResponderEliminar¡Comparte tu opinión!
Esperamos tu comentario