Es joven, sabe lo que quiere y ha conseguido, en muy poco tiempo, que la escena musical la tome en serio. Queralt Lahoz, catalana, hija de emigrantes andaluces, no es un producto a rebufo de otras mujeres que están destacando desde Barcelona, rezuma autenticidad por todos lados y se le nota que, si bien ha bebido de fuentes comunes, tiene su propia personalidad y su forma de hacer las cosas. En el concierto, se agradeció también la presencia, para la apertura, de la almeriense Silverpoppy, que va tomando posiciones poco a poco a base de calidad y buen hacer.
Con una Sala El Tren que presentaba algo más de medio aforo y una puesta en escena enérgica, la artista se come las tablas en cuanto las pisa y se hace rápidamente con un entregadísimo público que corea sus canciones sin descanso. Hace gala de sus raíces andaluzas, no sólo en su forma de cantar, sino que lo proclama sin complejos. De ascendencia accitana, exhibe un gran desparpajo y dominio en el escenario donde, lo mismo canta, que baila, que perrea con elegancia, reivindicando su propio cuerpo.
Acompañada de una banda solvente que sabe darles a los temas la categoría que tienen, escuchamos a Fede Jahzmvn Dj tras Queralt, a los platos, creando atmósferas y bases sobre las que las canciones se deslizan con soltura. A la batería Marc Soto, contundente, marcando el ritmo que sigue con dedos mágicos Pau García a los teclados. Impecables todos, en un escenario bien diseñado para enmarcar una banda tan compacta y bien armada. Acompañó también, anoche, el apartado de iluminación, de lo mejor que he visto últimamente en esta misma sala en cuanto a luces.
Queralt Lahoz se mueve entre sonidos latinos y urbanos, bebe del soul, el hip hop, el trap y el dancehall mezclando estilos sin cortarse a la hora de arriesgar con coplas y boleros, de forma natural, estableciendo una simbiosis musical en la que los estilos se entremezclan sin que resulte forzado. Conviven, en sus canciones, rap y flamenco con un torrente en el que sabe coger la dosis justa para que cada tema suene convincente.
De su recientemente editado álbum “PUREZA”, pudimos escuchar prácticamente todos los temas, aunque también cantó íntegro su anterior trabajo “1917”, ambos editados por Say it Loud Records y por supuesto, su “María la Molinera”, que sonó más andaluza que nunca en la ciudad de Granada con sus referencias a Guadix y las cuevas y “La prueba” de Gata Cattana, que no podía faltar en una noche como la de ayer. Con la colaboración de la granadina Joha, Queralt Lahoz mostró su cariño y vinculación a nuestra ciudad, donde está claro que siempre va a ser bien recibida.
Si bien, ayer fui al concierto por recomendación de un buen amigo y compañero, tengo que decir que no sólo me sorprendió muy gratamente, sino que me quedé con ganas de más concierto y espero que vuelva pronto por Granada, a ser posible, en alguno de los festivales granaínos que últimamente prescinden demasiado de la presencia femenina.
Crónica y fotos: María Villa
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