Si hubiera que mencionar a una banda de rock norteamericana realmente emblemática en las últimas tres décadas, la más representativa, esa sería Wilco. Sin duda. Han sabido aunar tradición y vanguardia, lo acústico con lo eléctrico, lo reconocible con lo inexplorado. Y prácticamente siempre lo han hecho bien. O muy bien. Y con directos deslumbrantes. El llamado sonido americana, que no es más que la propia evolución del rock de raíz norteamericana, no se entendería sin la banda que fundó Jeff Tweedy en Chicago a mediados de los años noventa, tras la disolución de Uncle Tupelo, su anterior grupo.
Sus visitas a nuestro país han sido frecuentes, pero apenas se han dejado ver por València: tan solo una actuación de Tweedy en solitario, en el ya lejano 2008. El próximo 24 de junio estarán Wilco al completo en el Auditori de la Casa de la Cultura de Burjassot (C/Mariana Pineda, 93), regalándonos por fin esa anhelada visita que nos debían desde hace tiempo. Será a las 20:30, y las entradas estarán a la venta a través de Notikumi, desde 30 euros, a partir del miércoles 16 a las 12:00.
Una noche que se presume histórica, sin duda. El concierto forma parte de la gira que la banda hará en junio por España de la mano de la promotora de conciertos valenciana Serious Fan Music. Y será una cita con la historia porque la de Wilco es una carrera casi siempre sobresaliente, que luce en su historial discos tan excepcionales y celebrados como Being There (1997), Summerteeth (1999), Yankee Hotel Foxtrot (2002) o A Ghost Is Born (2004). Trabajos ambiciosos, desbordantes, reconocibles y a la vez desafiantes, que llevaron al rock norteamericano a transitar por carreras apenas transitadas, fundiendo sus enseñanzas con las del pop beatleiano, el kraut rock, el free jazz o la música experimental. Pero incluso cuando volvieron a una senda más tradicional, en trabajos como Sky Blue Sky (2007), The Whole Love (2011) u Ode To Joy (2019), siempre rayaron a una grandísima altura.
Disfrutar en directo de la guitarra de Nels Cline, el piano de Mikael Jorgensen, la batería de Glenn Kotche, el bajo de John Stirratt y la versatilidad del multiinstrumentista Pat Sansone, en alianza con la voz, la guitarra y la perenne inspiración de Jeff Tweedy, es un espectáculo como pocos. Una maquinaria precisa y sutil, detallista y a la vez impetuosa, perfectamente engrasada. Una garantía de calidad absoluta.
0 Comentarios
¡Comparte tu opinión!
Esperamos tu comentario