McEnroe celebra 20 años de carrera con la publicación de un EP titulado “Veinte” dónde la banda de Getxo reinterpreta cuatro de sus canciones con la voz de Jimena Lezón, y que vio la luz antes del verano, en una cuidada edición limitada. Además, ya han iniciado una gira que los llevará por ciudades como Málaga, Madrid, Granada, Bilbao, Barcelona, y cómo no, a València, una de las ciudades con la que más feeling han tenido durante todo este tiempo. McEnroe ante todo, es un grupo de amigos haciendo la música que les gusta. Dicho así, parece algo que se dice de manera recurrente pero no todas las bandas pueden mostrarlo de forma tan clara: “Lo que somos es así de sencillo, un grupo de amigos haciendo canciones. Llevamos juntos veinte años y esa sigue siendo la esencia, aprendimos a tocar haciendo canciones en el mismo caserío en el que ensayamos ahora. Hemos hecho siempre lo que hemos querido y cuando hemos querido que siempre ha coincidido con que teníamos canciones que nos emocionaban. Nunca nos hemos puesto metas porque desde el principio ya la habíamos cruzado. Hemos disfrutado mucho del viaje, de estar juntos y de conocer a gente genial por el camino. Para nosotros McEnroe es una parte luminosa y feliz de nuestra vida, una pequeña casa que se ha ido construyendo despacio, sin prisa y que durara siempre. Por lo que recibo de las personas que nos siguen creo que todo eso se ha transmitido y solo podemos sentir orgullo de haber recibido tanto cariño y amabilidad. Ellos también forman parte de esta pequeña casa.” 

 Al principio combinaban sus canciones con letras en castellano e inglés (Ricardo se atreve hasta cantar en vasco en su Azkorri), pero con su primer larga duración “El sur de mí Vida” nunca volvió el inglés y dejaron paso a que el castellano fuera el protagonista de una infinidad de historias que nos han robado el alma y el corazón: “Nos dimos cuenta de que queríamos cantar en castellano en cuanto escuchamos las canciones en inglés (risas). Grabamos nuestra primera maqueta "Apaga el día y me quedo" cuando apenas llevábamos tres meses tocando y lo hacíamos bastante mal. Fue una maqueta muy importante porque empezamos a ver lo que nos gustaba y lo que no. Después grabamos “El Sur de mi Vida” íntegramente en castellano con Paco Loco en Cádiz y también aprendimos que tipo de canciones nos llenaban más y donde nos sentíamos menos forzados. Es un disco al que tengo mucho cariño porque fue un impulso al que seguimos sin miedo y con toda la ilusión. Eso también lo aprendimos y lo hemos hecho después, seguir los impulsos y las corazonadas. No volveremos a cantar en ingles nunca más, a no ser que nos lo pida Damien Jurado o Bonnie Prince Billy para hacer algo juntos, y eso no va a pasar. El disco que he hecho con Jaime Arteche Limousin es un aparte de McEnroe. Escribí “Martxoko Argiak” y no sé por qué supe inmediatamente que quería que sonara en euskera y con Anari. Fue un impulso también del que me siento muy contento.” 

Unas letras que escriben la banda sonora de miles de personas en nuestro país y que las atesoran en su memoria interna como auténticas salvavidas. La mayoría hablan del tema más universal, que es el amor, y en la otra cara de la moneda, del desamor, albergando infinitos sentimientos que pueden llevarte desde romperte por dentro a reconstruirte con fortaleza. Y en ellas, en esas historias cantadas, siempre hay un halo de esperanza, ese rayo de luz o esa rendija abierta tras la herida, que tan bien saben proyectar McEnroe: “Escribimos canciones de amor porque es lo que más nos inspira, porque en el amor esta todo lo demás. Nada más político que una canción de amor, nada más actual, nada más importante. Hemos cantado mucho al amor romántico, al desamor, a la soledad y la decepción, pero también a la felicidad, a la plenitud que encuentras en él, a compartir. Creo que con el tiempo más que virar hemos ido ampliando el campo de batalla, como Houllebecq, y además del romántico hemos escrito al amor pleno, al fraternal, al amor propio, al amor al padre y a la madre, al amor en general. El amor es lo único que nos puede salvar y hacernos sentir especiales. No hay canción de amor definitiva y eso es una buena noticia. Se nos ha tachado muchas veces de corta venas y tristes, son gajes del oficio y de no poder controlar lo que recibe quien lo escucha. Nosotros siempre hemos escrito canciones desde y hacia la luz.” 

McEnroe han ido marcando siempre sus propios pasos sin prisas ni grandes ambiciones. Su primer trabajo “El sur de mí vida” se editó bajo un sello propio. De esa autoedición llegó el momento de dejar su discografía en manos de Subterfuge Records, una relación que perdura hoy en día, pero dónde siempre han conservado su independencia: “Los comienzos con Un Hombre Encantador fueron muy bonitos, creamos el sello para editar “El Sur de mi Vida”, pero cuando terminamos “Mundo Marino” tuvimos la suerte de que Miren Iza se lo enseñara a Subterfuge y de que nos quisieran. Con Un Hombre Encantador vimos lo difícil que era para un grupo absolutamente desconocido conseguir un poco de atención, aunque también hay que decir que no la buscamos demasiado. Comenzar con Subterfuge fue muy bonito también, toda la repercusión que hemos tenido ha sido gracias a ellos. Desde el principio entendieron y respetaron nuestra forma de funcionar y nunca jamás entraron en el tema creativo. No hemos hecho nada que no quisiéramos hacer y solo tenemos palabras de gratitud para ellos. Además, cree una relación personal con Carlos de la que estoy profundamente agradecido, me ayudó mucho en un momento muy difícil de mi vida y eso no lo olvidare nunca. Llevamos con Subter más de doce años y la relación es buena, entendemos que McEnroe es un grupo difícil de llevar, nunca nos hemos planteado vivir de la música, yo sí, pero el grupo no y desde luego nunca publicar por publicar, y todo ello es algo que el sello ha tenido que aceptar y respetar, y lo ha hecho. Quiero mucho a todos los que forman Subter.”

Durante toda la carrera de McEnroe, Ricardo, su cantante ha emprendido otros proyectos paralelos. Existen tantos Ricardos haciendo canciones desde diferentes prismas que, que a veces, no sabemos la suerte que tenemos que su poesía y su visión de la vida, quede impregnada en un cancionero que a veces parece inabarcable. Un camino no fácil de recorrer que muchas veces ha tenido que compaginar con otro tipo de trabajos pero que siempre le ha llevado a todo lo que quería ser: “A mí es que la música y escribir me gusta mucho y me ayuda, es como la balsa en la que navego por la vida. Jamás he tenido la sensación de pico y pala, siempre que toco me pongo nervioso y no olvido la suerte que tengo de que haya personas que quieran venir a escucharme, para mi es un privilegio, vengan 500 o venga uno. Los proyectos en los que me he involucrado nacen todos de la ilusión de hacer canciones, de probar cosas y de acompañarme de gente a la que quiero. Que una canción que has escrito ayude a alguien es algo que me hace muy feliz y me hace sentir que todo esto tiene sentido más allá del de sentirme bien yo. La felicidad compartida se multiplica por un millón. No puedo vivir económicamente de la música, por la vida que tengo y porque la repercusión de lo hago es la que es. Estoy satisfecho de estar donde estoy, no necesito más. Los ritmos se marcan solos, cuando me apetece y lo siento me pongo a hacer canciones, cuando las tengo todo se acelera, no encuentro motivos para ralentizar nada ni para acelerarlo. Todo llega en su momento. He tenido cientos de trabajos en los que he tenido que estar para poder sobrevivir, he intentado hacerlos bien, pero sabiendo que no eran suficientes para ser feliz. Vivo en un equilibrio frágil que a veces se convierte en algo difícil de soportar, pero también lo hago sabiendo que es lo que he elegido. Como escribió Cortázar, no puede ser que estemos aquí para no ser. Yo soy lo que quiero ser.” 

La suya, es una celebración sencilla y sin grandes parafernalias ni efectos especiales, siguiendo la estela de la calma y el mimo de estas dos décadas. Y encima ponen la guinda con una nueva publicación de cuatro temas cantadas por la hija de Ricardo. En “Rugen las flores”, por ejemplo, nos descubrimos ante una canción totalmente virada hacia otros pasajes, con otros tempos. Tenemos muchas ganas de recibir la gira en la València y no dejamos de pensar en cómo será el concierto que dará el próximo 25 de noviembre en el Auditorio de La Rambleta. Con València siempre tuvieron una conexión especial: “València es una ciudad muy especial para nosotros y el día que tocamos por primera vez en el Deleste uno de las más bonitos de nuestra vida como grupo. Aquel cariño se nos quedó grabado para siempre. Quiero muchísimo a Quique, a Alex y a un montón de amigos que tengo allí. Siempre es una gozada saber que vamos a tocar allí. La gira para celebrar estos veinte años va a ser tranquila y alegre. Tocaremos canciones que hace tiempo que no tocamos y si, nos gustaría poder llevar algún visual. Respecto al EP, el trabajo que hay detrás es el de pensarlo y hacerlo. Jaime Arteche Limousin tiene mucha culpa de las adaptaciones, es una suerte tenerle con nosotros, es un gran músico y sobre todo un gran tipo. Las canciones las eligió Jimena. Una de las cosas más bonitas es ver cómo la gente joven viene a los conciertos y conecta con la música que hacen seis carrozas. A Jimena no le gustábamos nada y a medida que ha ido creciendo se ha ido enganchando. El año que formamos McEnroe nacieron ella y Mencia la hija de Jaime. Han ido creciendo con nosotros y eso es muy bonito de ver. También celebramos eso.”