“No estoy pa’ti” es el single debut de Virya Cruz, el debut discográfico de la cantante canaria que ha sorprendido a más de uno por una conjunción de estilos dentro del single publicado el pasado 5 de Mayo. 

 La canción destaca principalmente exponiendo la voz potente de Virya, con un carisma y personalidad que recuerda una fusión entre Paulina Rubio y Gloria Trevi añadiendo esa desvirtuación del lenguaje latino de la última década. Escuchando la canción no es nada improvisado, respeta también las raíces tanto musicales o de compresiones líricas, recoge guiños que nos traslada anteriores épocas de los dosmiles. 

  La nota de prensa indica que el single es una producción avalada por la experiencia de Marc Martin, que ha trabajado con artistas consagrados como Christian Aguilera, Don Omar o Paulina Rubio. Todo indica que el single de Vyria recoge elementos y raíces musicales de estudio, debutando de su mano con una canción donde la mezcla de ritmos latinos, urbanos y pop añaden ese filtro publicista un poco más urbano, exceso de vida nocturna dentro de una historia tradicional que es la ruptura de una relación.

 La historia adjunta con un videoclip realizado por Miguel Catalán en Estupenda Bar / Next Level Arcade Bar, añade elementos de texto retro de videojuegos emblemáticos Street Fighter en vísperas de su sexta entrega. La lírica traslada una superación mutua con habilidad felina y ayuda de la amistad hacia una ruptura a causa del ego de la otra persona. La letra comienza con acentuadas menciones dentro de la producción cuando indica que la separación se superó junto a “sal y limón”, deja pensar una ambigüedad dentro de un acompañamiento cultural relacionando el exitoso álbum de Julieta Venegas hasta sencillamente el acompañamiento de la bebida Tequila. 

 Lo más sorprendente que acompaña el tema es la percusión, potenciada destacando intensamente tanto como la voz de Vyria complementando la composición con ecos, efectos y filtros sintéticos, pues la batería que suena es muy contundente rockera, que asociamos un lado más salvaje dentro del instinto animal cuando contradice los latidos de batería junto a su letra “en su cora no hay nada”, pues nos lleva una especie de jugada en indicar un indicio de autenticidad. También existen figuras de exageración desde una hipérbole dentro de una resurrección entre los muertos mucho mejor adaptada digitalizada y sintética, tan real de lo que puede parecer una composición con elementos de instintos más primitivos animales, y que podría ser ese pensamiento de autenticidad recíproco dentro del mismo ejercicio de superación de la relación.

 Este es el primero de una serie de canciones que Virya Cruz irá lanzando progresivamente, en los que mostrará sus influencias. Una carrera de fondo que inició junto a Armando Drive, co-productor de este primer trabajo, y que ahora promete seguir con fuerza con el respaldo del sello catalán Vankiki Records, interesados en que Virya se postule como una de las revelaciones del año.