[Crónica] Biznaga incendia La Trinchera con su explosivo directo (15/02/2025)


El pasado sábado 15 de febrero, la Sala La Trinchera de Málaga se transformó en un hervidero de energía y guitarras distorsionadas, cuando el grupo madrileño Biznaga se subió al escenario. Tras conocer que Perro no les acompañarían esa noche, tal como estaba anunciado, el grupo retrasó un poco su salida al escenario para permitir que el público terminara de acomodarse en la sala, llena hasta los topes. 

Con un repertorio que navega entre el post-punk, el indie y el garage rock, la banda presentó su propuesta cruda y directa, manteniendo la esencia del mejor rock español, ese que te golpea en el estómago sin contemplaciones.


Desde los primeros acordes de la noche, Biznaga mostró por qué son uno de los grupos más relevantes de la escena underground actual. La sala, llena de un público expectante y entregado desde el primer momento, se convirtió en un espacio de euforia colectiva. El cuarteto, liderado por el enérgico y carismático vocalista Álvaro García, desplegó su característico sonido, que fusiona la electricidad de la guitarra con las letras viscerales que critican la política, la sociedad y la realidad urbana.


Las canciones de su último disco, “¡Ahora!”, que venían presentando, sonaron con la intensidad que les caracteriza. Temas como “El futuro sobre plano” o “Benzodiazepinas” dejaron claro que Biznaga no solo ha madurado, sino que ha perfeccionado su fórmula de caos controlado. La crudeza de su música, la agudeza de sus letras y la intensidad de la interpretación en vivo son la esencia que los hace únicos.


El show también contó con un derroche de actitud en cada uno de sus miembros. El ritmo frenético de la batería y el bajo marcaban el paso mientras las guitarras de Álvaro y “Torete” se entrelazaban con solvencia e intensidad. El sonido de la banda, aunque afilado y abrasivo en algunos momentos, mantuvo siempre una coherencia que se convirtió en una invitación a disfrutar del caos. 

Lo que realmente se agradece de Biznaga es su capacidad para mantener la esencia de lo que hacen, sin perderse en modas pasajeras. Son directos, sin artificios, y eso se refleja en su conexión con el público. La entrega fue total, y la sala respondió con una energía imparable: pogos, saltos y gritos se sucedieron durante todo el concierto, creando una atmósfera de pura adrenalina.


Un momento particularmente destacado fue cuando interpretaron “La gran renuncia”, tema que, más allá de la ironía que su título puede sugerir, va camino de convertirse en un himno de resistencia contra la rutina y el desencanto, llevando la conexión emocional con la audiencia a otro nivel.


El cierre de la noche no fue menos épico: el último bis, con “El entusiasmo”, hizo que La Trinchera estallara, con un público en clímax total que no quería que el espectáculo terminara.


En resumen, Biznaga ofreció una actuación memorable en Málaga, con un directo que demuestra su capacidad para conquistar cualquier escenario. Sin necesidad de grandes adornos, la banda continúa consolidándose como uno de los referentes del panorama nacional, demostrando que el rock español sigue vivo, y que, como bien dice una de sus letras, "Si hay que morir es de vivir".

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