A pesar de que prometimos que nuestra última noche de 1999 era en Zaragoza, finalmente, y dado que en Alquimia Sonora nos consideramos “lesbianos de pro”, no podíamos dejar pasar la oportunidad de traeros un pedacito del buen hacer de Santi Balmes y su grupo en lo que se ha convertido en un hecho histórico con lleno total en los cuatro conciertos programados en lo que ya podemos denominar el “Liceu de Madrid” (pero sin chispa, ¿eh?).

"Cuando empezó la gira, hace dos años, éramos rubios y mediamos 1.90. Ahora hemos empeorado, pero hemos ganado en madurez".

Cierto queridos míos, la larga carrera de 1999 llegó tan lejos que pocos lugares han dejado de pisar los catalanes en más de 100 conciertos. Y aún quedan tres en Madrid y los de Barcelona, con nueva fecha a punto de agotarse (más la escapada londinense) para poner un punto y a parte a la vida de uno de los grupos que más ha dado que hablar este año.


Como en muchas ocasiones presumiendo de amistades invitaron a acompañar a la guitarra a Amaro Ferreiro. ¿Te suena? Refrescamos con el datito: es el hermano de Iván Ferreiro que muy discretamente acompañó sus Universos infinitos.

La otra “invitada ficticia” al evento fue Eva Nasarre, o lo que es lo mismo, Joan Ramón, que en esta ocasión nos regala los ojos con un estupendo calzoncillo de diseño Marvel. Superman no pudo ser más sexy. ¿O si?

No faltó como es tradición la comunión del grupo con las masas gracias a la experiencia Psicotrópica de Algunas plantas tras las campanadas de nochevieja para que los 900 espectadores que abarrotaban la sala lo pasaran en grande botando y mojándose como unos machitos madrileños. Experiencia que hemos inmortalizado en un video para que la viváis en primera persona.


Y para machito madrileño el único y sutil comentario futbolero se lo lleva Ronaldo justo antes de la canción más hedonista del grupo. ¡Demos gracias que estos culés han dejado aparcado el espíritu hooligan!


El concierto acaba tras un espectáculo sobrio en su primera mitad y excéntrico en la segunda parte de más de dos horas de duración. Ha pedido el tono narrativo que tenían los últimos conciertos de 1999 pero ha respetado la esencia a despedida que desprenden los videos y el Moon River de Fran Sinatra. Una despedida ficticia de la que nos damos cuenta cuando Santi contesta a los fans de la primera fila ante sus gritos reclamando bises: “Mañana, mañana” y es que, tienen cuerda para rato.