El encanto de las cosas hechas en familia, sin grandes lujos ydisfrutando del placer que supone la compañía de los amigos, y más si estáshaciendo lo que te gusta, nunca será suficientemente valorado aparte de por lospropios creadores y sus más estrechos seguidores. Los Niños Mutantes empiezan acrecer en público y presencia mediática a base de trabajo, constancia y sobretodo canciones, que a la hora de la verdad son las que quedarán para siempre. Yellos saben que si se trabaja a gusto todo sale mucho mejor, e incluso tus fansserán capaces de apreciarlo.

Para terminar de componer y grabar estas nuevas canciones, losgranadinos llamaron a su técnico y sin embargo amigo JASS, un habitual de losestudios de su ciudad, para que les ayudara a perfilar el sonido que tenían enmente para convertirse en ‘Náufragos’, y se volvieron a perder en plenas Alpujarras, en las instalaciones de sus Producciones Peligrosas, por aquello de concentrarse en el trabajo. Y cuando lo tuvieronterminado llamaron a otra amiga, la diseñadora Celia Arcos, para que leshiciera un dibujo apañado para la portada, y por eso les ha quedado todo tanbien, porque se nota cuando las cosas se hacen con el corazón y con todo elcariño posible. Y ya son siete (ocho si contamos el disco de versiones ‘Grandes éxitos de otros’) las veces que nos demuestran cómo convertirse en uno de losmejores grupos pop de este país sin que nade parezca enterarse.

Esta vez lo han hechodándole a su trabajo una impronta de descontento, de huida hacia adelante, deférrea voluntad de superación y sabia capacidad para encajar los golpes que eldestino tiene a bien propinarte. El año pasado, cuando publicaron un DVDimpecable atinadamente titulado ’15 años mutando’, atravesaban una época debonanza artística que desembocó en tan recomendable grabación –para los que quieranhacerse con ella, cosa que aconsejamos, sepan que aquella noche subieron alescenario Zahara y Julio de la Rosa, entre otros- y en su escalada definitiva alos puestos de importancia en las depauperadas listas de ventas. Loconsiguieron con un disco sencillamente perfecto titulado ‘Las noches de insomnio’, al que ahora dan continuidad y aderezo con percusiones ysintetizadores en temas como ‘Muerte de un ampli’, de lo más extraño quehemos oído hasta ahora (sus colegas de El Columpio Asesino les estaríanagradecidos por el guiño), inesperados vientos fronterizos que nos transportana los mejores momentos de bandas como Calexico en ‘El miedo’, compuesta enplena convalecencia de su cantante Juan Alberto tras un accidente doméstico quea punto estuvo de dar al traste con la gira, con la trompeta de otro gran“tapado” de la escena, Jimmy García, componente de Eskorzo, que echa un cableal igual que los tambores de Antonio Lomas (Lapido, Lori Meyers, Grupo deExpertos Solynieve) y las teclas de Raúl Bernal (Lapido, Jean Paul). La granjoya del disco es sin duda ‘Hundir la flota’, puro “sonido mutante” al que poneimágenes en un reciente video Alexis Morante, repitiendo jugada y paisaje.También tienen tiempo para ponerse acústicos y agridulces al comienzo del álbumcon ‘La puerta’ y para recuperar la 12ª versión de ‘Mejor morir de ser que ir alo fácil’, ahora transformada en ‘El pozo’, cuya anterior forma ya conocimos enel magnífico EP ‘Animales’, en el que lo único que sobraba eran los dichosos remixes del final.

Tan completos son que hasta pueden sonar épicos en algunos cortescomo ‘Volverás’ o ‘Dame tu mano’, conmovedora en su sección rítmica. Y no nospodemos olvidar de otra colaboración ilustre, la de Banin Fraile de LosPlanetas y Los Pilotos, que ambienta ‘Empezar de cero’ con sus psicodélicosteclados. Luego, cuando escuchamos el verso que dice “Tú que juzgaste a vivos y a muertos, quémate en el infierno’,sabemos lo difícil que fue para alguno de los miembros del grupo superar unadura ruptura y ponerla sobre el papel; y al suscribir el título ‘Caerán losbancos’ como esperanza en un nuevo sistema al que ponen en duda a través de unaletra con connotaciones políticas y verte de repente envuelto en guitarras casilatinas en ‘Querer sin querer’, todo va encajando. Es difícil superar unatrayectoria plagada de aciertos, pero los Niños siguen siendo tan Mutantes comosiempre, y ahora que quieren ser ‘Náufragos’, no seremos nosotros quienes lesproporcionemos la balsa salvavidas. Más que nada, para que sigan salvando lanuestra y la del paupérrimo panorama musical.