Las Robertas + Mujeres - Sala Matisse.
Valencia, 02-06-11
Rock, garage, ruido, guitarras y muchos, pero que muchos ataques de baterÃa, fue lo que se bebió en la Sala Matisse de Valencia. Con un maridaje de manos de los catalanes Mujeres (sÃ, con artÃculo masculino), que hace solo unos meses ya pisaron tierras valencianas, y de los costarricenses Las Robertas, que se estrenaban por estos lugares.
Valencia, 02-06-11
Rock, garage, ruido, guitarras y muchos, pero que muchos ataques de baterÃa, fue lo que se bebió en la Sala Matisse de Valencia. Con un maridaje de manos de los catalanes Mujeres (sÃ, con artÃculo masculino), que hace solo unos meses ya pisaron tierras valencianas, y de los costarricenses Las Robertas, que se estrenaban por estos lugares.
Sobre el escenario, estas últimas, Las Robertas, pusieron en escena su “Cry out loud” aunque no gritaran tan alto como el propio tÃtulo del disco. Un grupo que tenÃamos curiosidad de ver en directo y comprobar cómo desde Costa Rica se puede hacer música underground al margen de corsés espacio-temporales. Llegan a España con una formación renovada en la que se mantienen dos “Robertas” (Monserrat Vargas y Mercedes Oller, guitarra, bajo y voces) y un “Roberto” (Franco Valenciano a la baterÃa). Un trÃo estilÃsticamente cerca de las Dum Dum Girls y de las Vivian Girls en lo que a actitud se refiere y que dejan que el ruido convierta sus voces en meros ecos de letras anglosajonas. Y sÃ, resulta tópico mencionar a estos grupos, pero sà que tienen ese aire del nuevo riot grrrl descafeinado que parece que vuelve a estilarse. Chaquetas vaqueras, chapas por doquier y sÃ, uñas pintadas de turquesa para unas cuerdas que rabiaron desde las fuentes del punk más clásico hasta los modernismos varios de la distorsión de los ’90.
Serios, con pose ausente y volviendo al shoegaze, y quizás olvidando al público que tenÃan delante, desarmaron todo su repertorio con temas como “Back to the end”, “History is done”, “Ghost lover”, “Damn'92”, “Tele” e incluso una versión de los estadounidenses Beat Happening. Una guitarra no tan contundente como limpio sonaba el bajo y una baterÃa que era la que marcaba y daba color a cada tema. Una sesión correcta, en definitiva en la que quizás hubiésemos disfrutado un poco más con algo más de esa fuerza que siempre se pierde actuando en primer lugar. Pero, sin duda, una buena apertura de ese garage (con “g”) musical en el que iba a convertirse la sala Matisse poco tiempo después.
Mujeres era la apuesta segura de la noche. Reconocidos, reverenciados y reivindicados por todos aquellos que tenÃan ganas de saltar a lo punk sin importar nada más. Encadenaron canción tras canción sin prácticamente respirar. Incluso a pesar de los diversos problemas técnicos y de las cuerdas de guitarra que se iban rompiendo a medida que continuaban en éxtasis ruidoso. Un éxtasis que contagiaron a los presentes, quizás en algún caso con demasiado entusiasmo, como el de Mercedes Oller, vocalista de Las Robertas, que guardó su pose tranquila sobre el escenario junto a la pedalera de efectos y se fundió junto al público en cada canción de los catalanes.
Ruido, potencia y velocidad en todos sus temas. Éxitos instantáneos de 2-3 minutos desde el primer acorde de “L.A”, con el que abrieron su setlist y que al que le siguieron temas como “Yella” y “Summer fun”, sin olvidarse de las geniales “Na, na, na”, “Hottie Babe”, "Reyerta" o “Amusement”, e incluso haciendo un guiño a los Beatles con el “Please, please me”. Porque Mujeres suenan a los Beatles más primigenios y desenfadados, pero también a toda la ola rock y surfer que los de Livelpool no recogieron en su momento. Garage del más contundente sin perder intensidad en ningún momento. Algo que se agradece y que demuestra que estos 4 chicos son capaces de comerse un Primavera Sound y repetir plato.
Se trata de una formación tan compacta que es difÃcil destacar a ninguno de sus componentes, lo que hace que suenen tan a “verdad” y a genuino. Ellos mismos dicen que hacen “música vieja con zapatos nuevos”, pero lo que no dicen es que esos zapatos no se desgastan. Acaban tan alto como comienzan, lo que convierte su show en un espectáculo adrenalÃnico y acelerado en el que tampoco dejan respirar al público ni a sus oidos... aún una hora después de la clase de rock garagero más sixties de los catalanes, las guitarras seguÃan derrapando... ¿o eran mis oÃdos?
Desde Alquimia Sonora solo podemos recomendaros estas dos bandas y sobre todo sus directos; aquà os dejamos un pequeño acústico de Mujeres por las calles de su ciudad, Barcelona, para que os hagáis una idea de cómo pueden sonar en eléctrico.
Las Robertas, Franco
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