Con más de una hora de retraso empezaban a sonar los primeros acordes de la guitarra de Luther Russell (ex-componente de The Freewheelers), telonero de lujo y productor de algunos temas de la banda norteamericana Richmond Fontaine en La Iguana Club ante un público lamentablemente muy reducido pero que supo apreciar desde el primer tema la calidad musical del artista, que nos demostró lo que se puede hacer con una guitarra bajo el brazo y una voz . Luther nos deleitó con algunos temas de su nuevo trabajo ( editado en un doble vinilo), “The invisible audience” , una compilación de pop-rock country americano que en la voz desgarrada y llena de matices de Russell y su dominio de la guitarra ( en algunos temas uno buscaba donde se escondía la segunda inexistente guitarra, como en el tema “Sidekick Reverb”) se convierte en todo un regalo para los oídos. “Motorbike” o “A World Unknown” fueron otros de los temas que sonaron durante la noche. Una actuación breve ( Russell apenas tocó 8 temas) pero suficiente para descubrir (a quien no lo había hecho antes) a un artista que sin duda deberíamos tener en nuestra “playlist” personal.

Richmond Fontaine se subía al escenario pasada la 1.30 de la madrugada eligiendo un tema instrumental muy tranquilo para abrir la noche “El Tiradito”, de su octavo álbum “Thirteen Cities”, que ejercía perfectamente su papel de introducción a la novela musical que nos ofrecerían los norteamericanos durante el resto de su directo repasando temas de sus anteriores trabajos, como “Always on the Ride” con los armónicos coros del bajista, Dave Harding, o “1968” del álbum “Obliteration by time”, uno de los temas más dinámicos de la banda en el que el protagonismo instrumental recaía en los delays y reverbs de la Telecaster de Dan Eccles.

Con “The Chainsaw Sea” estrenaban la presentación en la sala de su último trabajo, “The High Country”, un tema con una dinámica muy cambiante que desembocaría sin pausa en “The Mechanic´s life” , uno de los temas más intimistas del concierto , cubierto de efectos flanger en la guitarra de Dan y con un Willy Vlautin que nos evocaba al mejor Bruce Springsteen.

“Angus King Tries to Leave The House” nacía en las guitarras sin apenas morir el tema anterior, lo que acentuaba aún más la sensación del concierto de los norteamericanos como un “todo”, como una gran novela leída sin pausa ( recordemos que Vlautin combina su faceta de músico con la de escritor, y desde luego la influencia de ésta está muy presente en su dimensión musical), tema por cierto que nos evocaba una gran sensación de misterio gracias al protagonismo y velocidad del bajo de Harding.

Tras interpretar “Making it back”, del su sexto álbum ,“ The Fitzgerlad”, Vlautin hacía una pausa para agradecer al público su asistencia y para pedirle a Luther Russell su colaboración en los dos siguientes temas, “Contrails” y “Winner´s Casino” de dos de sus anteriores álbumes ( producidos por cierto por Russell , quien en el estudio también se hizo cargo de los coros, entre otras cosas) y dejarnos disfrutar del mejor momento de la noche.

Llegaba así el turno de volver a “The High Country” con el trepidante “Lost in trees” y “The Escape” que darían paso al pegadizo "Lonnie”, penúltimo tema del concierto , que terminaría con el nostálgico “Two Alone” en la que la parte instrumental final servía como punto y final a un directo que todavía contaría con un epílogo en el que Vlautin se enfundaba en su guitarra acústica para interpretar “Song for dead moon” o “The Boyfriends”, elegido como punto y final de una noche cargada de buen country-rock que a muchos nos dejó con ganas de repetir, aunque me temo que tendremos que esperar a su próxima gira.