Ya voy, ya voy.

Sí, lo sé, todo el mundo está hablando y se está echando unas risotadas con el tema de Paloma San Basilio y su nuevo disco, ahí en su línea, ¡si hasta fue Trending Tópic en Twitter!

Bueno, vayamos por parte como dijo Jack el Destripador, que hoy tengo un día con mucho jaleo. A ver, punto uno: el estilo musical del disco. Electrónica Dance. Ajam.

Aquí la chica, que triunfó con cositas tan dulces como su canción "Luna de Miel" allá por... euh, no sé, hace mucho tiempo... ha decidido subirse al carro de las maduritas modernas (no te ofendas, Paloma, que va con todo el cariño; lo de madurita digo, lo de moderna va con saña, sí) y lanzar al mercado un disco de música disco al más puro estilo Cher o Gloria Trevi en sus peores mejores tiempos.

Me la imagino en su casa haciendo calceta frente a la chimenea (una pintada en la pared del salón, a modo de decoración) y recibiendo la llamada de su productor. "Paloma, chata, soy yo, el que te suelta la gallina. Que ya tenemos preparado tu próximo bombazo, al más puro estilo Lady Gaga y con, posiblemente, el mismo nivel de ridículo. O más".

Sigamos, punto dos: el nombre del álbum. "Amolap". Okis.

De entre todas las cosas que no se deben hacer a la hora de elegir nombre para un proyecto, ya sea a nivel artístico como porque te has comprado un perro de aguas (con su escafandra de buzo y todo), la más peorcita de todas es precisamente esa, Paloma, ponerle tu nombre pero al revés. Eso, lamento decirlo, no es signo de modernez, más bien es signo de "hago esto por dinero y no me implico en lo más mínimo". Porque como me digas que se te ocurrió a tí, me da algo. Y no, no pienses en una segunda parte que se llame "Oilisabnas" porque no cuela.

Más cosas, punto tres: los años no pasan en balde. 61 tacos. Guay.

A ver, desde la cada vez más amplia redación de Alquimia Sonora (por gente digo, que el cuartucho de 2x2 metros cuadrados donde nos tienen encadenados sigue siendo el mismo) comprendemos que la competencia es muy dura: que si Demi Lovato, que si Britney Spears, que si Willow Smith, que si Falete... todas esas mujeres, todas, son grandes artistas y te pueden quitar un pedazo del pastel pero, de verdad, ¿tanta falta hacían esos retoques photochoperos? Quiero decir, ¿de verdad no bastaba ya con que hubieran metido bisturí en tantos sitios como para que, encima, se le diese uso al ordenador? ¡pues vaya birria de cirujano, chata! Dejemos el estilismo con ese nórdico de plumas de ganso al cuello, que esto está quedando muy extenso.

Y lo último, punto cuatro: ¡ay ese piquitoooo! Declaraciones a prensa. Yu-ju.

No. No digas según qué cosas porque puede ser hasta peor. "Hay mucha gente que no va a entender esto, pero no importa, porque confío en lo que estamos haciendo. Cuando empecé era muy moderna y rompía muchos estilos, entonces no veo por qué ahora no puedo repetir lo mismo. El artista tiene la obligación moral de cambiar". ¿Cuando empezaste eras muy moderna? Puede ser, en esa época se pasó de la televisión en blanco y negro al color y se quitaron los dos rombos, eso siempre es símbolo de modernez. Pero lo de "la obligación moral de cambiar"... Díselo a tus seguidores de toda la vida y a los críticos, a ver qué opinan de que ahora cantes haciendo como que las letras son en inglés, el autotuning este en Mode Very On y la música sea tan machacona que te den ganas de poner un disco entero de Don Omar.

Por cierto, que digas que la idea de todo este tinglado ha sido de tu hija sólo deja claro una cosa: es adoptada y no te quiere.

Hala, ahí lleváis el primer single de Paloma 2.0, el que aguante más del primer minuto se lleva premio: unos tapones para los oídos.