¿Pensabais que ya lo habíais visto todo? ¿Que ya habíais oído las peores versiones de la historia y padecido los ridículos más espantosos de artistas de cualquier estilo? Pues esperad a ver y sobre todo a escuchar esto. Cuando he leído la noticia no daba crédito, pero siempre te queda el beneficio de la duda, por muy extraña que te resulte la asociación ejecutante-ejecutado (inconscientemente me han venido a la cabeza términos relativos a la justicia), pero al comprobar con mis propios ojos y ¡horror! con mis oídos el resultado de la misma, casi me ha faltado tiempo para escribir estas líneas a modo de advertencia para todos los que os consideréis gente de buen gusto o, en su defecto, almas sensibles alejados de cuestiones mundanas y quejas peregrinas.

Que conste que no me quejo de nada, que aquí cada cual es libre de escuchar, ver y opinar lo que y como le venga en gana, pero hay cosas que, simplemente, no son de recibo, y como tales deben estar sujetas a la opinión de los demás. Y ahora no me voy a poner pesado hablando de música y de los Beatles, que ya bastante tengo con la reacción de mis amigos, ni a recordarles a todos que hoy en día probablemente sigan siendo la banda másgrande que haya existido jamás, porque a ver quién sigue vendiendo los millones –sí, millones- de discos que ellos venden más de 40 años después de su desaparición. Por eso me limitaré a resumirlo todo en una frase: con ellos no, Rosario, con ellos no. Ya te vale haber grabado frases para la posteridad como aquella "uy uy uy uy mi gato hace uy uy uy uy" o "ay ay ay ay esa camiseta", pero esto ya es muy fuerte.

Primero fue Pitingo, el del peinado imposible y el pijerío pseudoflamenco, que se exhibe fusilando clásicos del pop a diestro y siniestro con total impunidad y el aplauso de la grada (los del fondo sur, por hacer un símil futbolístico, que los del norte estamos a otros menesteres), y ahora la menor de la saga Flores, que ya va teniendo una edad, todo sea dicho, la que se atreve a pedirnos que la queramos, pero a su manera y con el estribillo en inglés, claro, que eso queda muy moderno y además ya lo decían los Beatles, que ella en el fondo es muy rockera y bla, bla, bla… Lo raro es que no nos hayamos dado cuenta antes de la publicación de esta “joyita”, en la que colaboran Tony Baez y el productor Narada Michael Walden, que no sabemos si se habrá visto en otra parecida. Ni nosotros tampoco, y mira que hemos visto cosas raras, al ver el vídeo que se estrena estos días y a sus amiguitos Pepón Nieto, Fernando Tejero y Loles León jaleando el ritmo “gypsy-funky-o-como-diantres-se-llame” de la afamada protagonista. Por cierto, su hermana Lolita también anda por ahí, por si alguien de la familia tuviera que darle el visto bueno.

Los daños y perjuicios ocasionados por esta fechoría de producción no están incluidos en ninguna cláusula de su contrato discográfico,como ya nos temíamos. Y dicen las malas lenguas que antes de perpetrarla, Rosarito llamó a sus colegas Los Manolos para que le dieran un cursillo acelerado sobre cómo destrozar un clásico sin pestañear, y creo que al terminar la conversación les dijo algo así como “Si me queréis, irse”. A nosotros no debe querernos mucho, porque amenaza con seguir aquí mucho tiempo más.