Buckaroo Bonet's Tres Borrachos - Jazz Café. Córdoba, 2.6.12

Buckaroo Bonet's Tres Borrachos - Jazz Café. Córdoba, 2.6.12

Estos son los conciertos que nos gustan. Poca, por no decir nula, publicidad, ambiente casi familiar, audiencia entre alucinada y cómplice y regusto a autenticidad, al amor por las cosas bien hechas que rescatan el placer de volver a algunos clásicos que entre el aluvión de novedades, descargas, visionados y escuchas pendientes habíamos relegado al baúl de los recuerdos, oscuro y deslucido, pero todavía sólido.

Dicen los expertos en la materia que la técnica del guitar picking es no sólo dificilísima de ejecutar sino prácticamente inapreciable en su depuración, y como nosotros lo que conservamos intacto es el oído y alguna que otra neurona, lo único a lo que podíamos dedicarnos en una noche así era a empaparnos de sonidos que son pura energía: blues, honky-tonk, rockabilly (el término más adecuado sería drunkabilly) y, por qué no, algo de swing cabalgado por uno de los más elegantes jinetes que ha pisado últimamente tierras cordobesas: Mr. Jay Bonet, Buckaroo entre sus fieles, un habitual del circuito de salas en su natal bahía de San Francisco que se ha codeado con nombres que no por desconocidos para la mayoría deberían dejarnos indiferentes. Ed Earley (lugarteniente de Albert King o Elvin Bishop entre otros), Jim Gordon (uno de los grandes baterías de los 70, y Merle Haggard, Lightnin’ Hopkins, Dr. John o el propio John Lee Hooker saben por qué lo fue), Martin Fierro (el gran saxofonista californiano que dio color a varias grabaciones de The Grateful Dead y cuya discografía podría apabullar al más pintado), Freddie Roulette (el sonido lap-steel lleva su nombre desde finales de los 60) y otros ilustres nombres que no figuran aquí por aquello de no agobiar al lector con datos que seguramente no necesita, se sienten bien orgullosos de haber compartido cartel y tablas con este personaje que se ha convertido a base de kilómetros en uno de los mejores intérpretes del tremendo legado que la música americana ha repartido por el mundo.

En esta nueva visita venía a presentar las versiones, todas ellas tremendamente personales, y los temas que ha compuesto expresamente para la ocasión en su álbum ‘All I wanna do’, y para ello, como viene siendo norma en estos tiempos de vacas flacas, reclutó a dos músicos locales de probada eficacia y sobrada experiencia: nuestro buen amigo Jarke (Los Creyentes, Carlos Segarra, La Mecánico Band) al contrabajo y Faly (El Hombre Gancho, La Mecánico Band) a la batería. Mucho de improvisación, fruto de la falta de ensayos previos, y otro tanto más de intensidad para acoplarse al durísimo ritmo marcado por el hombre del tupé y la cinta de cananas al hombro. Como si no fuera la cosa con ellos, la jam-session elevó el papel de Johnny Cash en su escapada de la ‘Folsom prison’, se subió a los desgastados raíles del ‘Mistery train’ que un día pilotó Elvis, puso a Henry Mancini a jugar una partida de blues trotón con su mítico ‘Peter Gunn theme’ (ver vídeo de abajo) y se plegó a la esencia del sonido de los cincuenta mezclando el country con la música más negra en una fantástica revisión del Sleep walk’ que hicieran famoso otros grandes injustamente olvidados, Santo & Johnny.

Entre medias, los rotundos instrumentales de los que ninguno de los presentes sabría ubicar procedencia y nacimiento, las alusiones a la fiesta que se podría haber montado en el Jazz Café (uno de los reductos que aún resisten en una ciudad culturalmente herida de muerte) e inyecciones salvajes como ‘Fuckin in A’, ‘Hey Mr. Bossman’, ‘Beer’, ‘Hey little baby’, ‘I hate my baby’ o ‘Go cat go’ pusieron el listón alto, muy alto para que la próxima vez que se acerque a esta capital, si lo dejan, la sensación de haber estado compartiendo algo que llaman rock and roll, y no me refiero sólo al aspecto musical, sea al menos igual de satisfactoria.

Un consejo: si alguien os habla alguna vez de tres borrachos que la van liando parda cada vez que un despiadado empresario se arriesga a contratarlos, no lo dudéis: Buckaroo Bonet acabará con cualquier buena reputación que se le ponga por delante.












          


Texto: JJ Stone
Fotografías: Raisa McCartney

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