Chameleons Vox – Festival Urbano Valencia 2012 – Sala WahWah – 22/11/2012. Tras el concierto de Chameleons Vox , ayer jueves en WahWah y el de Micah P. Hinson & the Junior Arts Collective junto con Bigott y Timber Timbre hoy viernes en La Rambleta, finaliza el Festival Urbano Valencia2012. De la mano de Tranquilo Música, Mundosenti2 y El Caimán Producciones, nos ha ofrecido las actuaciones de grupos y solistas nacionales como Los Evangelistas, Corizonas, Niños Mutantes oAntonia Font y foráneos como Tindersticks, Thomas Belhom, Blue Rodeo, The Jim Jones Revue o la mítica Patti Smith. Una iniciativa que ha contado con el apoyo y disfrute del público y esperamos que se repita en futuras ediciones.
La formación que se presentaba en la sala WahWah, Chameleons Vox gira en torno a dos de los miembros originales de The Chameleons: su cantante y bajista Mark Burgess y su batería John Lever. Ambos, acompañados de un nuevo bajista y tres guitarras, consiguen recrear el sonido característico de la antigua banda, sonido añorado por multitud de seguidores de éstos desde sus inicios y por otros mucho más jóvenes. Es esa demanda de escuchar sobre los escenarios de nuevo canciones como “Soul & Isolation”,“Don’t fall” o “A person isn’t safe anywhere today”la causa del nuevo proyecto de Burgess y Lever que ya ha actuado en el Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Holanda y España. Esta es la tercera vez que visitan nuestro país en los dos últimos años y en todas han contado con un numeroso público fiel y entregado. Para el concierto del jueves, Mark volvió a coger el bajo y con la compañía de dos guitarras y Lever a la batería hicieron un repaso de los temas emblemáticos de la banda. Ofrecieron un set list distinto al de su concierto en el Primavera Sound de este año y también diferente del de sus conciertos de esta misma semana en la sala Arena de Madrid y en Sidecar de Barcelona. The Chameleons obtuvieron en la Valencia de los ochenta un reconocimiento masivo, formando parte de la banda sonora histórica de esa época dorada y tan añorada por muchos de los espectadores que se concentraron en WahWah para ver a la banda de Burgess. Todo el taquillaje vendido apenas abrió puertas la sala da la mejor idea del tirón que tienen en nuestra ciudad. Como homenaje, incluyeron entre los temas del concierto“Up the down scalator”, una de sus canciones más famosas, y abrieron con “Swamp thing” , temas fetiche de la banda en Valencia.
Pero hagamos un poco de historia sobre la formación original. Pertenecen a ese puñado de grupos que dentro de la explosión que supuso la New Wave se agruparon bajo la etiqueta deAfterpunk. Echo & the Bunnymen, The Psychodelic Furs, Bauhaus, Joy Division o The Cure, fueron representantes de este género. Aunque su influencia ha sido reconocida con posterioridad, como les ocurrió a sus contemporáneos The Sound, no han tenido en sus tres décadas de discontinua trayectoria la proyección que el resto de bandas y ni mucho menos su éxito comercial, transformándose ya desde sus inicios en genuino grupo de culto. El inicio de su carrera se vio avalado por dos nombres de gran peso específico en el panorama musical británico de la década de los ochenta: John Peel y Steve Lillywhite. El primero en sus míticas sesiones para la BBCRadio1 grabó a la banda cuando todavía no contaban con batería, impresionado por la calidad de sus composiciones y su original sonido. Eso les valió la edición de un single de debut conEpic Records, “In shreds” producido por Steve Lillywhite, productor de Peter Gabriel, y de los primeros lps de U2 y los Psychodelic Furs.
Surgidos en 1981 en Middleton, Manchester la formación original de The Chameleonsestaba compuesta por Mark Burgess (bajo, voz), Dave Fielding (guitarras y teclados), Reg Smithies (guitarras) y Brian Schofield (batería) que pronto sería sustituido por John Lever. En el Manchester de principios de los ochenta, entre el periodo heroico de Buzzcocks y Joy Division y el festivo de los Happy Mondays y los Stone Roses, su liderazgo de la escena mancuniana, (eso sí, compartido con The Smiths) fue tan efímero como transcendente. Roza el tópico la influencia que han ejercido sobre bandas como Interpol o Editors, aunque se puede ampliar la lista que abarcaría también a The Killers o Franz Ferdinand, bandas que practican sonoridades menos oscuras.
Sólo cuatro albums con temas originales en una carrera que abarca desde su formación hasta hoy más de treinta años, pero durante los cuales la banda sólo ha estado reunida durante ocho de ellos. Su debut fue “Script of the bridge” (1983), seguido de “What does anything mean? Basically” (1985) y “Strange times” (1986) en su primera y dorada época y “Why call it anything?” (2001) tras un regreso al estudio y a los escenarios fugaz, puesto que en 2003 la banda se disolvía definitivamente en su versión original. Problemas entre miembros de la banda y con las discográficas anunciaban una primera disolución prematura cuyo detonante fue la muerte de su manager Tony Fletcher (1987). Tras ver que sus proyectos alternativos, no tenían el éxito que la antigua banda, Dave y Reg con The Reegs,y Mark y John con The Sun and the Moon, en 2001 deciden reunirse de nuevo y tras la grabación del mencionado “Why call it anything?” Fielding anuncia su separación definitiva dos años después.
A pesar de la expectación que rodeaba al concierto y de que agotaron las entradas, apenas había público congregado alrededor del escenario cuando pasados unos minutos de las diez de la noche, la banda ocupaba el mismo. Primera sorpresa de la noche: sólo dos guitarras, batería y Mark con el bajo en bandolera para dar comienzo a un concierto intenso en el que repasarían muchos de los hits de su discografía. Y no son pocos. Los de Manchester demostraron que son capaces de defender su discografía con formato reducido, sin tener que recurrir a un guitarra y bajo extra como han hecho en otros conciertos de la gira. Una potente base rítmica a cargo de los veteranos Burgess y Lever y su particular sonido proyectado por dos guitarristas, eso sí, servidos de una multitud de pedales y efectos, fueron suficiente para repasar todos sus éxitos y provocar el delirio entre el público asistente, que venía predispuesto a ello.
Abrieron con un tema emblemático en su repertorio y especialmente por estos lares:“Swamp thing”canción que fue radiada y pinchada hasta la saciedad a mitad de los ochenta y que permanece en la memoria colectiva. Al sonar ese punteo de guitarra que parece de un tema de blues o rock’n’roll añejo pero que tratado con efectos, le proporciona textura de sitar y aires orientales, los presentes comenzaron a bailar como lo hacían en los locales valencianos de moda en los ochenta, donde el tema era uno de los clásicos rompepistas, a pesar de su ritmo pausado y melodía sinuosa. Congregó al resto del público y antes de que finalizasen sus más de cinco minutos de ejecución, la sala se había llenado. Pocos grupos han conseguido un sonido tan personal y propio como el de los camaleones. Basado en sus características guitarras, tratadas con efectos de eco y reverberación y con afinaciones no habituales, su uso de teclados y sintetizadores para crear atmósferas intimistas que invitan a la melancolía, sus percusiones sencillas casi a base de bombo y caja (herederas del estilo percusivo de las baterías sintetizadas de los primeros ochenta) y sus sencillas líneas de bajo. Si a ello añadimos la personal voz de Mark Burguess, no es de extrañar que cuando suena un tema desconocido de la banda, el oyente se pregunte ¿estos son The Chameleons? y acierte de pleno.
Desde su primer álbum, “Script of the bridge”, el más minimalista de los tres de su primera época, un álbum casi plano en el sentido de ausencia de cambios de ritmo dentro de los temas y en el propio álbum, el sonido de la banda evolucionó hacia una mayor complejidad estilística. Aún sonando ambas genuinamente a The Chameleons, hay una gran diferencia entre la atmosférica “Up the down escalator” y el brío de “In answer”. La primera de éstas, fue el cuarto tema que interpretaron y el primero que desató el delirio. Si el concierto fue todo un ejercicio de nostalgia, pero de nostalgia bien entendida, parte de los asistentes que vivieron la publicación del “Script of the bridge” no pudieron dejar de añorar un pasado que si no fue mejor para música, si fue bastante distinto del actual. Baste decir que este primer single de su primer álbum en España, era radiado en las radiofórmulas y era habitual escucharlo tanto en los clubs más vanguardistas como en el bar de tu barrio.
La sala se fue calentando y la banda también: “A person isn’t safe anywhere this days”,“Perfume garden”, o “One flesh” sonaron tan actuales hoy como el día de su publicación. Apoyándose en el potente John Lever, y pulsando las cuerdas de su bajo como hace treinta años, Mark entonaba los temas con su particular voz a medias entre el susurro y el desgarro.“In answer”, tema perteneciente a “Strange times” fue otro de los momentos intensos de la noche, por la cadencia rítmica que le imprime más velocidad y la interpretación vocal. Le siguieron “I’ll remember” y “Soul in isolation”, dos temas que no faltan nunca en su repertorio. “Singing rule Britannia” (While the Walls Close In)" estableció por un momento un vínculo entre Manchester y Valencia. La audiencia coreó junto con Burguess el estribillo de “Transmission” de su paisanos, Joy Division y la sala se vino abajo entonando el “dance dance dance to the radio”
Tras “Caution” finalizaron el set, como suele ser habitual, con una de sus canciones fetiche: “Second skin”. El bis no se hizo de esperar, sabiendo que no deja de ser un intermedio pactado entre público y banda y que se reclamaba su presencia. Para finalizar, el primer tema de su primer disco: “Don’t fall”, canción que resume a la perfección no sólo el estilo de los mancunianos sino el de todo un género, elAfterpunk, del que hicieron apostolado ante una parroquia totalmente convertida.
GRANDE la crónica, Antonio
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dummy: gracias!
Eliminardummy: gracias!
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