A priori el sábado era el plato fuerte de
una edición que estaba siendo perfecta y que parecía que no podía acabar más
alto…pero así fue.
La mañana estaba repleta de catas y visitas a las
bodegas y eso es parte del encanto de Sonorama algo que no debe perderse nunca
y que te hace disfrutar del entorno que en este festival se da. ¡Muchas gracias
a la organización y a todos los comerciantes del pueblo por hacer que esto sea
posible!
La oferta de conciertos era increíble y uno de
nuestros intocables era el concierto de Rufus T. Firefly. Ahí nos
encontramos con un Víctor Cabezuelo que nos enamora sobre el escenario. Nos
regalaron temas de su último álbum Nueve y de Ø. Contaron también con la
presencia de Jorge González, de Vetusta Morla acompañándoles a la
percusión. No faltaron unas palabras de cariño y agradecimiento para Standstill,
seguidas de un guiño a los mismos en su canción Metrópolis. La Plaza del Trigo
estaba llena para escuchar este grupo especialista en transmitir, del que cada
sonido que emiten sacamos un mensaje sobre cosas del día a día con el que sentirnos
identificados. Nos quedamos con estas palabras: “Si al final moriremos igual, yo prefiero morir en la Plaza
del Trigo”.
Tras
muchas especulaciones llegó la sorpresa del día de La Plaza del Trigo. Un auténtico
regalo. La causa social del festival, Leaozinho, de la mano de Ángel
Carmona y su banda, nos regaló un continuo de super cantantes versionando super
canciones en el escenario: Xoél López cantó
“Turnedo” de Iván Ferrreiro; Pucho de Vetusta
Morla “Ser Brigada” de León Benavente; Zahara “Que no” de Deluxe; John
de Smile “On my mind” de The Sunday Drivers; Ángel
Stanich “Mi realidad” de Lori Meyers;
y Marc de Sidonie “Club de Fans de John Boy” de Love
of Lesbian. Podíamos haber pasado mil horas con un espectáculo así. Os
dejamos un link a la página web de Leaozinho donde podéis leer de la mano del
propio Ángel Carmona cómo se fue gestando este concierto mágico http://leaozinho.net/
Cabe destacar que en medio de la jarana que había
montada en la Plaza del Trigo antes de que empezase este último concierto tuvo
lugar una pedida de mano sobre el escenario con por supuesto, muchísimos
aplausos cuando tuvo lugar el sí. Además, una señora muy marchosa empezó a
azuzar a las masas desde su balcón provocando que todo el mundo gritase “la
abuela del balcón” mientras eramos rociados por el chorro de la manguera del
personal de Protección Civil. Y es que en el Sonorama no hay tiempo para
aburrirse, ya sea por los conciertos o por el petardeo nacional.
Con el DELICIOSO lechazo aún en la boca corremos a
disfrutar del escenario principal: Un Ángel Stanich
que no nos deja ni un minuto de descanso y que reconoce que él no se
hubiese acercado a verse a sí mismo tan pronto movió a buena parte del público
del festival que no quería perderse ni uno de los conciertos de la última tarde
de esta edición. Ángel Stanich es uno de esos jóvenes que
parece que llevan toda su vida subidos en un escenario. Tras esa imagen
singular e incluso tímida en el escenario, se transforma llenándolo de fuerza y
de conexión con el público. No faltó su versión de El Río de Miguel Ríos a la
que añadió unos versos de Luminosa Mañana de Triana demostrando que entre sus
influencias no sólo está el rock internacional, sino también lo mejorcito de
nuestro patrimonio musical nacional. El concierto acabó como siempre en una
nube con un Metralleta Joe, que te deja coreando durante días
"El tipo en quien confía el carnicero cuando quiere genero fresco..."
Estamos deseando disfrutar de un nuevo trabajo el año que viene en las salas.
Mientras tanto en la carpa de Meeting Arts, Mikel
Izal hizo las delicias de sus fans en un acústico, formato bizarro para un
festival como este pero que sirvió a la buena causa de Leaozinho y que nos regaló
momentos más íntimos que a los que estamos acostumbrados. La magia del Sonorama
es estar un año en el escenario principal y al año siguiente colaborando en una
carpa con 300 personas de público.
Magia.
Zahara muy bien rodeada por los miembros de Mucho,
The RightOns, o Rufus T. Firefly, como
Martí Perarnau IV a la guitarra o Victor Cabezuelo a los
teclados, nos dio una sorpresa con un impecable y potente directo que hizo que
literalmente ardiesen los altavoces del escenario principal. Una actitud
rockera que acalló alguna de las bocas que decían que se esperaban la típica
niña cursi en el escenario. Y es que hay que ver para opinar, y Zahara tiene
una presencia que llena escenarios con bailes imposibles y calidad vocal que
conectan con quien se quede a disfrutar de su espectáculo. De hecho, se bajó a
bailar con el público en la última canción haciendo las delicias de sus fans más
acérrimos.
Xoel Lopez dio uno de los conciertos más íntimos
de los que disfrutamos en esta edición. Se subió solo a un escenario principal armado
de su guitarra, varios pedales para la voz y la percusión y un piano… y el
escenario no se le quedó grande en ningún momento. Esto es algo que muy poca
gente puede hacer, mas no debemos olvidar que con menos de 40 años tiene 13
discos editados y mucho recorrido. Su experiencia unida a su talento nos regaló
posiblemente el mejor concierto del festival. Empezamos a corear Reconstrucción
y seguimos haciendo lo propio con temas como Hombre de
ninguna parte, Tierra, Todo lo que merezcas y una canción
del último disco de Deluxe, Vino y espejos, que
fue un regalo que quería hacerse a si mismo al recuperarla para hacerle
justicia y que acabo siendo un regalo para todos. Tampoco faltó su tema
estrella de Deluxe Que no que ya habíamos coreado con Zahara en la Plaza del Trigo
y nos encantó cantar con Xoel.
Bigott y
su banda dieron un concierto haciendo gala de sus sonidos psicodélicos y de la
mayoría de sus canciones más recientes, que con un ritmo folk más pausado nos
permitieron recuperar fuerzas para lo que vendría después. Aunque no se olvidó
de sus clásicos y pudimos bailar Cannibal Dinner como es debido. Es marca de la
casa, el desconcierto sembrado para muchos que no le conociesen cuando entre
canción y canción hablaba español como si fuese un guiri borracho. Muchos de
los asistentes al concierto, a día de hoy no saben que Bigott se llama Borja
Laudo y es de Zaragoza.
Anna Calvi siempre elegante sobre el
escenario fue una de las propuestas internacionales mejor elegidas del
festival. No fue un concierto en el que la gente corease sus canciones en pleno
frenesí, pero fueron muchos los que se quedaron enganchados al escuchar su música.
La personalidad arrolladora de su música está compuesta por la potencia de su
voz, sus solos de guitarra de escalas imposibles y la originalidad de sus canciones.
Esto el público lo supo apreciar y respondió con fuertes aplausos.
Vetusta Morla era sin duda el plato fuerte
de esta edición. Con un espectáculo que mezclaba luces sombras y un directo
excepcional se ganaron a un público que hacía 4 años que no disfrutaban de Pucho,
David el indio y cia sobre el escenario del Sonorama. Recordaron cuando en
2008 su entorno era La Plaza del Trigo y lejos de hacerles pequeños les hizo
aun más grandes. Repasamos clásicos que ya son parte de la banda sonora de
nuestra generación como La Deriva, Copenhage, Golpe maestro,
Cuarteles de invierno. Todavía estamos afónicos de cuando al final del
concierto tocaron seguidas Mapas, El hombre del saco, La cuadratura del
círculo y Valiente para luego terminar con Los días raros.
Haber visto crecer a una banda así nos llena de orgullo y nos da fe en el
talento que tenemos en este país.
Sidonie son divertidos y mucho. Es una de
esas bandas que casi no reconoces cuando ves sus primeras actuaciones. Han sabido
evolucionar y darle ese toque canalla que tanto bien hace a su directo. Con un
atrezzo completamente playero, camisas hawaianas, palas y sombrilla en mano les
faltó montarse una piscina plegable en el escenario. Salieron al son de California
Girls de los Beach Boys. Fascinado fue el primer
tema de un concierto que nos divirtió y encantó, que era de lo que se trataba
en esta ocasión. El público lo había dado todo con Vetusta Morla, pero eso no
nos impidió hacer lo propio con Sidonie. Entre otras disfrutamos de Sierra
y Canadá, Un día de mierda, Soy la crema, A mil años luz, En El bosque, Costa
azul, Por ti, Nuestro baile del viernes y terminando con Estais Aquí. En
esta última canción volvieron a salir al escenario las chicas con traje de
esqueleto y el señor con boina y bigote que ya estuvieron en el concierto de
Joe Crepúsculo y coreamos el “estais aquí, estais allí” con fuerzas que a esas
alturas de la noche ni sabíamos que teníamos.
Carlos Jean se encargó de un fin de fiesta
que siempre nos deja con ganas de más…Comienza
la cuenta atrás para Sonorama 2016.
En esta edición de nuevo se han batido los
records de asistencia al Sonorama. Uno de los encantos del festival son los
conciertos en el pueblo, que se dan por la mañana en las plazas de Aranda y
este año se notaban más abarrotadas que nunca. Habrá que ver cómo se adapta el
festival a la cada vez mayor cantidad de público que atrae sin perder sus señas
de identidad. No nos cabe duda que en el Sonorama 2016 disfrutaremos todavía
más si cabe de la música, la gastronomía y el jolgorio nacionales.
Queda aclarar que la oferta musical del Sonorama
es tan enorme que nos es imposible asistir a todos los conciertos, y eso que el
festival está organizado de forma que haya los menos solapamientos posibles
entre bandas. Si no hablamos de una banda en concreto, no quiere decir
necesariamente que su directo no nos haya llamado la atención. Somos
conscientes de que nos hemos perdido varios conciertos que merecen la pena.
Pero qué le vamos a hacer, hay que buscar tiempo para dormir y comer!
Lo dicho, a lo largo del año habrá muchos
festivales nacionales de gran calidad a los que ir, pero si hay uno para el
cual estamos ya contando los días para que llegue es el Sonorama Ribera 2016.
Más fotos del Festival en :
Redacción: Beatriz Pacheco Berciano
Carlos Castaño Rodriguez
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