Si tomásemos el último cruce de caminos, una carretera secundaria
y girásemos en la intersección que lleva directa al infierno, llegarÃamos a la
noche de ayer a vivir un movimiento de tierra con epicentro en Planta Baja. LlegarÃamos llenos de
polvo de viejos caminos y no sin haber llenado nuestras almas de melodÃas
imposibles, incluso resaca de todo un viaje iniciático que nos hubiese sumergido
en un post rock’n’roll donde, un grupo que apenas lleva un año vagando por esos
caminos infernales, Los Harakiri,
llegaron dispuestos a hacernos mover unos huesos que aún no terminan de
enfriarse en este veroño granadino.
Parece, dicho asÃ, que la banda granadina pueda estar
compuesta por jóvenes imberbes que pisan el escenario en sus primeras veces,
pero no. Los Harakiri son una formación de solera granatensis en la que militan
nada menos que Antonio Pelomono (baterÃa), Antonio el Desollinador (guitarra),
Alberto (bajo) y nada menos que Monago Tornado a los sintes, pedales y voz. Quizás por eso, la
nostalgia hizo aparecer entre el público camisetas y bolsos del Tornado,
demostrando que a todos nos falta un cachito de esa Granada que pudo ser y no
fue.
Contundentes, con fuerza y con mucho empaque, con el ritmo
frenético que marcó sin pausa la siempre impresionante baterÃa de Pelomono,
abrieron una noche que prometÃa movimiento, no en vano beben de las fuentes de rockeros
como Link Wray o Bo Diddley, lo mezclan con influencias bluseras que van desde
Screamin'Jay Hawkins a Howlin'Wolf y dejan sentir toques magistrales como los
de Gun Club, Alan Vega, Scientists, The Cramps o Pussy Galore, para ofrecernos
un coctel de garage y rock de ultratumba a la altura de los grandes grupos que
está dando el género actualmente.
Con un comienzo asÃ, el ambiente estaba al rojo vivo cuando
tocó recibir a un bicho escénico como son los estadounidenses Kim & The Created, que habÃan
creado la expectación suficiente como para justificar que la sala estuviera
ocupada en algo más de dos tercios, que para ser jueves no está nada mal.
Claro que un concierto de Kim & The Created no es sólo un concierto, es toda una
performance, un espectáculo donde la frontgirld se contorsiona, danza, pone los
ojos en blanco y se destroza sobre el escenario (o sobre la propia barra de la
sala) mientras escupe, esparce fluidos y grita retrotrayéndonos hasta unos The
Runaways con quienes esta banda californiana tiene mucho en común.
Entre un psico garaje y un punk lo-fi que no desdeña cierto
toque glam punk donde se ven influencias que van desde The New York Dolls, The
Sonics, The Cramps hasta el mismÃsimo Screaming
Lord Sutch.
Su paso por Granada dejó claro que estamos ante una banda con
capacidad para recoger el testigo de Blondie, la excentricidad de Nina Hagen y una serie de referencias más post punk, que
tampoco dicen mucho si no llegas a ver en directo la forma de dar espectáculo,
provocar y revolcarse cual serpiente o ente poseso, que no dejó indiferente a
nadie y que, a pesar de que el concierto se nos hizo corto a todos, supo dar la
dosis justa de descaro y provocación para que en Granada siga quedando claro
que otra música es posible y que, afortunadamente, promotoras como Fuzzy Chain apuesta asà de fuerte por
la diferencia.
FotografÃa: PerseFone Más fotos en KIM & THE CREATED
FotografÃa: PerseFone Más fotos en KIM & THE CREATED
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