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viernes, enero 25, 2019

Tin Robots: Human Behaviour (Autoeditado, 2018)

Los valencianos Tin Robots, tras quedar finalistas en el certamen Sona La Dipu, lanzan su primer trabajo autoeditado. Un mini-lp de seis canciones en donde la orfebrería pop camina de la mano del rock mejor ejecutado, para ofrecer un resultado sobresaliente, que da ganas de más. 

Intentar revisar a los clásicos desde una óptica actual es tarea harto difícil si lo que uno quiere es alejarse del mero facsímil de lo que otros hicieron antaño mucho mejor. Es cosa de tener una cultura musical, una cultura pop, al fin y al cabo, vasta, pero bien entendida. Asimilada. De eso sabe bastante el personaje que hay detrás de estas canciones. Un tipo que lleva desde finales de los 90 buscándose a si mismo como compositor e intérprete y que al fin parece haberse encontrado, no sólo consigo , si no también con los acompañantes adecuados para su viaje.

Emili Gascó empezó a saborear las mieles del rock con Mr. Smoke, una de esas bandas que a finales de los años noventa del siglo pasado aprovecharon el tirón de lo que torpemente se dio en llamar "explosión naranja". Bastante más tarde, con la banda Crimentales, logro intensificar lo aprendido, en una época más propicia para el directo, que era sin duda el fuerte de esta formación. Pero seguía siendo sólo bajista. Tal como dice su web, "ni siquiera contaba con guitarra propia" ni había compuesto una canción por sí mismo. Fue el momento de liarse la manta a la cabeza y empezar algo por su cuenta.

Ese algo se llamó Tin Robots y sólo contaba con un aliado: Guillem Marco, que había sido batería también en Crimentales. Poco a poco la cosa fue creciendo, presentándose a concursos y quedando siempre en buena posición (finalistas en Vinilo Valencia y Sona la Dipu) y fue necesario montar una banda para el directo. Esa banda llegó para quedarse y ahora Alan Blesa, Álex Casal y Adrián Álvarez forman parte indispensable de una banda que es ya mucho más que la visión de una sola persona.

Es por ello paradigmático que un proyecto tan avalado por jurados de todo tipo haya tenido que autoeditar un disco, que además se han visto obligados a parir a modo "Frankenstein". Nada menos que tres estudios (Milenia, Carcosa y Little Canyon) y tres productores distintos (Carlos Soler, Guillermo Sanz y Luís Martínez) han intervenido para dar forma a estas seis canciones, que sin duda merecían haber sido objeto de mayor atención por parte de las discográficas y que saben a poco dada su calidad. Pero los tiempos que corren  son como son....

Lo primero que uno piensa cuando escucha Human Behaviour es que estas seis canciones deberían haber tenido más compañía. No obstante, entiendo que una banda que ya lleva tanto pateando escenarios como ésta no pueda esperar más a lanzar su música. Hoy el formato importa poco, lo realmente importante es darse a conocer con un muestrario de lo que la gente puede esperar en directo y lo que aquí encontramos, tengan a buen seguro que cumple plenamente y con muy buena nota, esa función.

Como decíamos al principio, saber dar una lectura propia y actual a unas influencias que se saben clásicas (innecesario citar la consabida ristra de nombres como Beatles, Beach Boys, Bowie, Temples...) es tarea al alcance de no tantos como parece creer la mayoría. A la cualidad que empasta todo eso se la llama atemporalidad y eso, amigos, hay que ser grande y alto para alcanzarlo.

Tin Robots acuden con supino buen gusto a su -se nota- nutrida biblioteca de influencias, las pasan por la batidora que les procura su sobrada experiencia y entregan un resultado tan sobresaliente, que el hecho de que esté registrado en diversas localizaciones, cada una diferente de la otra y por tanto con diverso sonido, no se note en absoluto. Las canciones están compuestas y tocadas de una manera tan personal e inteligente, que es imposible distinguir, al menos para alguien que haya estado fuera del proceso, de dónde viene cada una. Todas gravitan en torno a un mismo corazón.

Empezando por un single perfecto como es Any Road, pegadizo como un chicle recién masticado, la secuencia es de una efectividad abrumadora: Secret Love introduce las guitarras como grandes protagonistas, pero sin dominar la ecuación, como demuestra la pieza maestra que la sigue, seguramente la mejor del lote, un Her en la que sí se nota la mano de alguien tan beatlemaníaco como Carlos Soler a la producción, tejiendo una pieza tan preciosista que no desentonaría en manos ni de MacCartney ni de Brian Wilson. Alcanzando un pico así, es difícil recuperar el timón, pero superan con creces el reto con otro single en potencia, I Am Here; otra oda a Sargent Peppers como es Myself Again y una despedida a lo grande con Fascination Girl, otra pieza sencillamente brillante, de estribillo multicolor.

El disco deja exhausto, es casi digno del síndrome de Stendhal. Hay un preciosismo pop poco común que además, combinado con la efervescencia rock adquirida en mil directos apuntan en una dirección más que acertada para que los próximos pasos de Emili con sus Tin Robots sean realmente propios de gigante. Yo creo que, dada la larga gestación de estas seis canciones, deben tener suficientes metidas en el cajón como para hacer dos o tres discos más. A ver si alguien se entera y se lo edita como es debido. Esto es un diamante pulido, sólo hay que cogerlo.

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