Con puntualidad inglesa y el calor de las cinco de la tarde en AndalucÃa, aunque una leve brisa que hacÃa posible la estancia en el recinto, los primeros que se atrevieron a desafiar las temperaturas del sábado pudieron disfruta del folk metal de unos Lèpoka dispuestos a calentar mucho más el ambiente, si es que ello era posible. Transmiten ganas de fiesta, de que corra la cerveza y la camaraderÃa se adueñe de la jornada asà que, dada la situación, no se me ocurre banda más adecuada para una apertura en la que poner ya al público en situación y con ganas de hacerse pedazos desde el primer minuto.
Les siguieron Saurom, que abrieron con su “Amanecer” mientras se iba acercando al escenario cada vez más gente, todo camisetas negras, a cual más heavy, como corresponde. Un estilo bastante análogo al de sus predecesores, alegrÃa y jolgorio a doble bombo y mucha comunicación con los que se deshacÃan a pie de escenario cerveza en mano. Finalizaba su show, tras unos 50 minutos, con “La fiesta de la cerveza” y “La taberna”, este ya con los Lèpoka saltando sobre las tablas, demostrando la complicidad entre ambas bandas.
Desde Barcelona, Crisix aguantaron estoicamente el sol abrasador dándoles de cara e hicieron gala de su bagaje y experiencia demostrando su gran calidad, a pesar de estar recién llegados de cruzar la penÃnsula de lado a lado, procedentes de Viveiro, donde llevaron a cabo también una gloriosa actuación, según leemos en los medios. Abrieron actuación con “ASFH” a modo de intro para entrar de lleno en un setlist de los que parecen hechos para agradar a todos los públicos, repleto de granes éxitos como “Leech Breeder” o “Xenomorph Blood”, dando una lección de potencia con control, que es la que deja buen sabor de boca.
Una vez entrados en calor, para
seguir bien arriba, temas como “Brutal Gadget” en la que el vocalista se armó
de máscara y maracas y “Get out of my head”, aderezados todos ellos por el ‘popurrÃ’
de The Beastie Boys, Pantera y Metallica, como es habitual en sus shows. Tan habitual
como el propio cambio de instrumentos que hacen en directo, que demuestra la
capacidad musical de sus miembros. Ante el inminente estreno, el 10 de septiembre,
de su trabajo “No tip for the kid”, Juli presentó el tema tras la sorprendente
entrada al escenario de una moto con el consiguiente cajón que contenÃa nada
menos que cajas de pizza con la portada de ese nuevo trabajo que tienen a la
vuelta de la esquina. Impresionante final con “Ultra Thrash” para despedirse de
un público que ya se estaba dejando el cuello en las actuaciones.
La puesta de sol llegó con unos Jinjer que venÃan también de Viveiro, sin descansar y con varios problemas que agravaron de alguna manera su malestar al llegar al recinto y, aún asÃ, agotados y en cierta manera desbordados, la banda dio todo lo que pudo de sà para arropar a una Tatiana Shmaylyuk que eclipsa no sólo a la banda, sino a todo lo que se ponga a su alrededor, carismática y potente, con una exultante juventud que le permite lucirse como la diva en la que empieza a convertirse poco a poco. Temas como “Home Back” o “Vortex” marcaron el punto álgido de la actuación de los ucranianos, presentes ya en todo festival que se precie.
IncreÃble la capacidad vocal de
esta mujer menuda pero llena de energÃa, que te traspasa el pecho a base de
guturales y miradas felinas. Escénica, frontwoman por excelencia, un placer
disfrutar de una actuación con tanta garra como la suya. Dejando a un lado los
temas con los que se dieron a conocer, quizás los más esperados por el público,
sà tocaron sin embargo otros como “Macro”, “Micro” o el “Wallflowers” que traen
recién estrenado y que sonó como una tormenta en directo, estrenando también
temas como “Disclousure!” o “As I boil ice” para promocionar su último trabajo.
Cerrando la noche, los alemanes Kreator, con un potentÃsimo Mille Petrozza a la cabeza, espectaculares desde el inicio de un show donde pudimos ver un despliegue de medios que iban desde las columnas de fuego a los cañones de humo vertical para adornar un setlist intenso, cargado de éxitos como “Phobia”, “Enemy Of God”, “Phantom Antichrist”, “Flag Of Hate” o la que puso fin a su actuación “Pleasure To Killy”. Temas todos ellos con los que seguir dejándose el cuello a pie de escenario. Son una banda potente y lo saben, asà que no se vienen abajo a la hora de demostrar que merecÃan sobradamente la franja horaria de la que pudieron disfrutar, a pesar de que el viento no facilitó las cosas en algunos momentos.
Llegábamos asà a una segunda
jornada, ligeramente más fresca que la anterior, con brisa moderada que, si
bien impidió, como en la jornada anterior, que se colocasen algunos telones,
daba un respiro y calidad a la estancia del público en el recinto.
AbrÃan, nuevamente puntuales, Siddharta, una banda alegre y festiva que se aseguró la plaza tirando de éxitos y temas esperados por sus seguidores y que se atrevieron a versionar el “Maniac” de Michael Sembello, siendo muy aplaudidos por ello a pesar de que, a una servidora, no terminó de convencerle demasiado el resultado, poco metalero para la ocasión.
La sorpresa del festival, para mà personalmente, los alemanes The Ocean, de los que me declaro seguidora de ahora en adelante. Tras anunciar en sus rrss que su baterÃa, Paul Seidel, se habÃa roto un brazo montando en bicicleta y que le sustituÃa Peter Voigtmann quién se tuvo que aprender los temas en tiempo récord, hay que decir que el setlist sonó tan brillante como si hubiera estado su titular a las baquetas, sencillamente impecable.
En la parte puramente textual
cabrÃa decir que abrieron con “Triassic”, un tema hipnótico con subidas y
bajadas imposible, progresivo, con una latencia que recordaba, en cierta manera,
en sus partes más melódicas, a unos Incubus con los que pueden medirse las
fuerzas cara a cara. Con su último trabajo “Phanerozoic II: Mesozoic / Cenozoic”
y del anterior, cuyo tÃtulo también hace referencia a eras geológicas, tenÃan
material de sobra para completar una actuación intensa y de gran calidad.
Se agradecieron detalles como la
bajada de su vocalista hacia la zona de público, como en los festivales de
antes, en los que, a veces, podÃas compartir sudor con los músicos. Final, completamente
apoteósico, con “The Cambrian Explosion” y “Cambrian II: Eternal Recurrence”,
con los que pusieron broche final a un show brutal, sin fisuras. Atentos a esta
banda, mejor no perderla de vista.
Sin poder colgar todo su atrezzo, como hemos dicho, a causa del viento, Destruction salieron a escena con una estética potente y metalera sin quejarse ni hacer referencia al calor, igual incluso les resultaba agradable, ya se sabe que aquà se viene, a tomar el sol y eso allà no faltó en ningún momento. Con la potencia del thrash metal más contundente y el carisma de Marcel Schmier, los alemanes funcionaron como una máquina bien engrasada a pesar de haber tenido, recientemente, algunos cambios en su formación.
Sin entrar en enumerar los temas con
los que aumentaron el pulso de los presentes en Fuengirola, su veteranÃa y
saber hacer aseguran siempre un show de altura, siempre bien armado y un
espectáculo de gran potencia.
El sol caÃa ya en tonos azulados cuando la siempre elegante Tarja (Turunen) salió al escenario acompañada de una banda solvente, entre los que me llamó poderosamente la atención Doug Wimbish, al bajo, a pesar de que toda la banda demostró una solvencia y profesionalidad increÃbles. Hablar de Tarja o de cualquier espectáculo suyo pasa por hablar de elegancia, de sensibilidad, de hablar de una de las mejores voces del metal, a pesar de que, en sus últimos trabajos, ese metal se ha hecho cada vez más melódico. Ella es una diva, una mujer que llena el escenario y, a pesar de todo, sabe compartirlo y dar a su banda el protagonismo necesario.
Un repertorio en el que brillaron
temas como “Dead promises” o “Demons in you”, en el que se lució con la voz en “Falling
Awake” o “Goodbye Stranger” y que tuvo su punto álgido al anunciar Tarja que
Ãbamos a retroceder 16 años (entonces ella era vocalista de Nightwish) e
interpretar “Nemo”, uno de los que cantó de la banda que la lanzó a la fama.
Tras esa incursión en el pasado, apoteósico momento el de escuchar en el
teclado los primeros acordes de “I walk alone”, tema con el que emocionó
intensamente al público, casi en la misma medida en que lo habÃa hecho con “Victim
Of Ritual” e “Innocence” antes de acabar con temazos como “Over The Hills
And Far Away” versión de Gary Moore, que en su dÃa grabó con Nighwish y que
llegó a ser casi más conocida que la original si cabe.
El punto final de la noche y del festival estuvo a cargo de los suizos Eluveitie, con más folk metal y mucho ambiente festivalero, banda muy apropiada para el fin de fiesta. Un amplio arsenal de instrumentos entre los que escuchamos flautas, zanfonas, mandolinas, arpas y gaitas fueron el sustrato sobre el que asentar ese sonido folk medieval tan apropiado para estos finales épicos con contrapuntos tan potentes como los de la melodiosa voz de Fabienne Erni y los guturales de Chrigel Glazmann que se combinaban para dar a los temas ese sonido que tanto les caracteriza.
Pero, como hemos dicho, tocaba
final de fiesta, darlo todo, abrazarse a una experiencia que necesitábamos hace
meses. Al final, todo esto se vive por dentro y, para eso, nada mejor que
terminar un festival como este con el ánimo por todo lo alto.
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