La idea de encontrar a alguien sorprendentemente parecido a nosotros, hasta el punto de que no puede ser una casualidad, sino que pareciera que estamos observando nuestro propio reflejo, ha sido frecuente en la literatura y el cine. Quizá porque tiene algo de misterioso y terrorífico, descubrir nuestros propios rasgos en los de un desconocido que podría en cualquier momento intentar suplantarnos y comenzar a vivir nuestra propia vida. En alemán se llama “doppelgänger”, el doble andante. Con ello se definía lo paranormal que tiene en encontrar a tu gemelo malvado, y el miedo de que tu peor enemigo y aquel que puede destruirte seas en realidad tú mismo. Partiendo de esa idea, encontramos un vehículo para mostrarnos a nosotros mismos y nuestra dualidad como grupo, el yo-artista y el yo-no artista. Lo prosaico de lo cotidiano contra el romanticismo de la escena, la creación de canciones y actuar frente un público. Dos realidades, como dos gemelos que interactúan a la vez y se van intercambiando según el contexto. El Corral de Teatro de Xilxes era un escenario adecuado para mostrar esa idea. “Low”, la canción elegida, es un medio tiempo melodramático y emocional, que encaja a la perfección con un escenario minimalista y en penumbras, decadente y muy underground, que presentaba a una banda siendo observada por sus gemelos idénticos, impasibles pero vigilantes, que no muestran ningún atisbo de complicidad con lo que está viendo. La idea del “doppelgänger” llevada a nuestro contexto. Vemos a nuestro gemelo artista, ¿o es al revés?