Xoel López – Atlántico (2012)

Xoel López – Atlántico (2012)

Xoel López se fue. Abandonó todo lo que conocía en nuestras tierras y se embarcó en un viaje vital pero también sonoro que, sin duda, se ha convertido en una de las grandes sorpresas de este 2012. Ese “Atlántico” es el nuevo trabajo del coruñés, pero también ese pedacito azul que separa España de Argentina... Y no, no es una broma sabiendo cómo están ahora las relaciones internacionales entre ambos países. Pero no nos meteremos en camisas de once varas porque la nuestras es la de la música, como la que Xoel se vistió para componer, quizás, uno de sus trabajos más personales, más sensibles, y para nosotros más redondos.

En castellano, como ya se aventuró a hacer en “Reconstrucción”, pero despojándose de la piel de Deluxe y marcando que Xoel López es Xoel López, reinventado por él mismo y procurándose un espacio sonoro un tanto diferente al que nos tenía acostumbrado. Y es que Deluxe, uno de los nombres más destacado del indie patrio cambia de piel en este “Atlántico”, uno de esos cambios que hacen avanzar a músicos y golpean las entrañas de los que les escuchamos. Porque “Atlántico” tiene mucho de esos momentos en los que nos quedamos postrados sin poder reaccionar.

Un disco más tranquilo que se abre con “Hombre de ninguna parte” y que marcará el resto de los 11 temas que conforman este “Atlántico” de ida y vuelta. Un espectacular corte que comienza con un aroma a saudade, a ese saudade musical pero también nostálgico. El pasado, el mar, el Sol, la vida... constantes que aparecen como elementos recurrentes en este trabajo.

Ritmos más latinoamericanos pero también historias que nos trasladan a un universo que bebe mucho de ríos de plata y de acentos marcados. “La gran montaña” es esa historia que puede convertirse en épica y que no renuncia a guitarras y distorsiones, que las hay al estilo clásico de Deluxe, pero quedando en un plano secundario, dando más cancha a este nuevo sonido que el coruñes ha trabajado a miles de kilómetros de su tierra natal.

“Por el viejo barrio” es ese paseo sonoro al que nos traslada Xoel, casi infantil pero con determinados arranques emocionales que consiguen que la canción se convierta en una de las más contundentes del disco. O quizás en una de nuestras debilidades. Con dos de los puentes sonoros más luminosos de todo este “Atlántico”.

Siguiendo con esos ritmos tropicales pero con algún deje “aflamencado” (y que nos perdonen los puristas) llega “Caballero”. Ese tema en el que Xoel se convierte en el trovador del medievo que nos cuenta una historia pero también toma partido de ella con esa apelación directa al “caballero” de su canción: “...Y se creía usted un caballero, y se creía usted el rey del mundo...”. Trovador pero también viajero, con ese cariz de desarraigado en un nuevo hogar... “Buenos Aires” es ese hogar, esa ciudad. Ese “...jardín plateado...” es el reflejo de la Reina del Plata, la propia ciudad. Uno de los temas más emocionales en el que deberíamos perdernos durante los 5 minutos que dura y perdernos con ese retrato y esa visión tan preciosista que de Buenos Aires tiene el autor. Pero “Buenos Aires” no es la única oda cosmopolita de “Atlántico”. Así nos topamos con una “Postal de Nueva York”, la misma postal que muchos de nosotros hemos creído escribir al perderse por avenidas, parques y hojas otoñales. Uno de los temas que más corte de cantautor “al uso” tiene y que nos desvela esa evolución que el músico emprendió cuando decidió unirse a La Caravana Americana.

“Desafinando amor” se perfila como uno de los temas más comerciales y pop del disco. Con un título propio de un poema del uruguayo Benedetti pero sin la fuerza que hemos encontrado en el resto de tracks, como en la “extraña” (por llamarla de alguna forma) “El asaltante de estaciones”, el tema que cierra el “Atlántico” de Xoel. Una composición en la que (¡por fin!) incluye el acordeón tan rioplatense, pero que cambia constantemente. Más de 6 minutos en los que Xoel se convierte en el propio asaltante de estaciones (salir de España en primavera y llegar a Buenos Aires en otoño, por ejemplo), pero también en el asaltante de ritmos que salta de un estilo a otro demostrando que todo es posible, que el allá y el acá no son más que lugares, y que la música es capaz de convertirse en ese pasaporte de ida y vuelta y de estancias sentimentales.

El tema que quizás menos nos ha deslumbrado es ese lentísimo “Joven poeta”, pero en el que Xoel demuestra su habilidad para escribir versos (y besos) más allá de “indieismos”. Y, en contraposición a este, el primer single editado, una maravillosa “Tierra” que comienza con esa primera persona del singular y con un anhelo tan sencillo como llegar a la playa, a la física o a la emocional. Uno de esos temas que deberían acompañarnos allá cuando quisiéramos desaparecer y perdernos en nuestras soledades más tranquilas. Porque el mundo sigue girando... al igual que Xoel evoluciona.

En definitiva, un “Atlántico” que nos deja anhelos y deseos de atravesarlo, de sumergirse en él y de dejarse mecer por las historias que Xoel nos cuenta. Y, más que historias, vivencias de ese recorrido, de ese viaje de ida, también de vuelta, y de todas esas palabras pensadas y vocalizadas. Porque en realidad “...Yo soñaba cada día poder alcanzar la playa...”. En lugar de dejaros con alguno de los temas de este disco, mucho mejor dejaros las escuchas que de “Atlántico” hicieron entre otos Joaquín Reyes y Julián López (aún recordamos la colaboración de Xoel López en ese peculiar concurso de mascotas de “Muchachada Nui”), Ángel Carmona (sin madrugar, esperamos), Leiva, Lourdes “Russian Red” Hernández o Eme Dj entre otros...