Javier Álvarez – Deluxe Pop Club. Valencia 14-06-13

Javier Álvarez – Deluxe Pop Club. Valencia 14-06-13

Javier Álvarez hace mucho tiempo que emprendió un camino nada convencional. Quizás por ello le llovieron críticas y despegos varios, y tal vez por eso mismo, jugamos a la sorpresa en cada uno de sus shows. La misma sorpresa con la que aterrizó en el Deluxe Pop Club de Valencia pero con la tranquilidad que da hacer lo que uno quiere al margen de todos los clichés que siempre le rodearon. Y es que las etiquetas nunca categorizan bien. Así, descategorizando y desaprendiendo lo aprendido sobretodo en los inicios del madrileño, Javier se presenta sin aditivos y dejando a disposición del respetable su propio repertorio.

Un show estructurado de forma un tanto irregular en el que, sin mediar palabra con los asistentes, desempolvó temas como “Sunset Boulevard”, “No te acuerdas”, “Por la puerta de atrás” o “La edad del porvenir”, algunos de los cortes que quizás más arraigados estén en el Universo “javierálvareziano”. En acústico y con tres protagonistas esenciales esta noche: el propio anfitrión del escenario, su guitarra y el silencio que se destilaba en cada momento. Un exquisito y ensordecedor silencio en el que los hielos al caer en las copas de la barra o nuestra propia cámara de fotos se convertían casi en un ataque a lo que estaba sucediendo.

Si en esa primera parte Javier se había calzado las botas del cantautor típico, quizás también por lo necesario de esa condescendencia musical a su propia trayectoria, posteriormente daría paso a ese punto por el que está navegando en sus últimos proyectos. Con o sin la presencia de Nieves Arilla, Javier se transmutó, formato play-back (sí, ¿por qué no!), en esa “Mari” bigotuda alter ego del madrileño. Y más aún, en un “bailautor” que celebra también a Europa en “Ni na no”... Hubo show para todos y para terminar de sorprender a aquellos que tuvieran la imagen de un cantautor de nuestros primeros años de madurez, reivindicativo y estridente... Sin embargo, Javier Álvarez no fue nunca de los que alentaban a las “masas” a base de letras prototípicas.

Porque temas como “La madre de Fabián” (concesión a una petición repetida del público) o “1, 2, 3, 4” son temas pequeños, nada estridentes, pero que cobran viveza y estallan a medida que nos adentramos en sus letras. Canciones chiquititas en apariencia pero enormes en efectividad y emoción. Quizás en esa doble arma de cada uno de sus cortes esté esa magia de la que habló sobre el escenario y con la que roció a los presentes. “Magia y musas” que tienen un papel importante en ese ideario de palabras claras y retórica directa del que el propio artista es su adalid.

Destacar la licencia que se concedió al ir acabando su show de irracionalismo emocional, un homenaje a base de 5 tiempos acapella (el último compartido con un público que en ocasiones perdía la rítmica de las palmas) a Michael Jackson, desde el “I'll be there” (tesitura que le venía mejor al madrileño) al “They don't care about us”. Original forma de rendir tributo saliéndose, nuevamente, de los cánones habituales. Pero, ¿siguió Javier Álvarez alguna vez esos cánones?.

Quedó claro que Javier nunca quiso acomodarse en lo fácil, en los primeros éxitos que le marcaron al inicio de su carrera. Navegó en su propio legado, en el legado de otros, y buceó desnudo con la certeza que da la honestidad de saberse uno mismo. Pese a quien le pese, ahí está lo arriesgado del que emprende con las emociones y del que se muestra sobre un escenario, guitarra en mano, sin temor a nada. Las certezas salpicaron cada uno de los temas conocidos y se instalaron en aquellos nuevos que quizás incluya en su próxima edición, en su próximo show o en su próximo-disco-no-editado-nunca.

Una noche de greatest hits en la que el artista celebró la mayoría de edad de aquella que fue la del porvenir y que quizás estos días cobra un significado punzante en los que volvemos a viajar a ella. Anfitrión de letras irónicas y de miradas ácidas, Javier firmó con una sonrisa optimista sobre la piel del último viernes de una primavera que no podría despedirse de otra forma. Una ciudad convertida en la sombra de aquel “Sunset Boulevard” con el que comenzaba su setlist propiciada por las compañeras de Afán de Plan y Pon un Cantautor en tu Salón y su apuesta por las pequeñas punzadas sonoras como las que dejó Javier Álvarez, guitarra en mano.

Y de entre las pieles que Mr. Álvarez se encargó de lucir, nos quedamos con una, no tan salvaje como parece, pero enfrascada en la crudeza de su propia naturaleza. Una “Piel de pantera” que muy tímidamente los asistentes atisbaron en sus gargantas para no romper, quizás, la magia de la noche.