No es que sea fácil entender la música de esta mujer. Es que
sencillamente ella no hace canciones para que sean comprendidas en toda su
extensión, porque por las características de su voz y las influencias
(evidentes) en su forma de componer podríamos hablar de una artista de amplias
minorías, que se dirige primero a sí misma y después al público que identifica
sus discos (por ahora dos, este último mucho más sólido que su debut, y eso que
era difícil llegar a esta afirmación) y a los que empiezan a corear orgullosamente
unas letras escritas hacia adentro, como manda el corazón. Soledad Vélez, una
tímida chilena que lleva años afincada en Valencia y cimentando una carrera aún
en despegue, sabe que los mejores momentos son los que aún están por llegar.
Alquimia Sonora: Lo primero que llama
la atención en ‘Run with wolves’ es que pareces haber superado esa cierta
timidez de tu debut. Ahora experimentas más, sueltas los instrumentos, pareces
algo más agresiva…
Soledad Vélez: Creo que quizás sea más seguridad La gira de mi anterior
disco nos llevó incluso al otro continente, y hace que te olvides de sentirte
intimidado por tu propio concierto. Ahora me preocupo de disfrutar, y me olvido
de temores.
AS: ¿Podemos decir que
este álbum es más fiero en general, pero también lleno de ternura?
SV: Bueno, sí… hay canciones para todo. Siempre procuro que en
mis discos haya para todos, no podría fijarlo en solo un estado emocional, para
mí es importante no componer sobre la misma idea y armar un trabajo variado,
por decirlo de alguna forma.
AS: Por cierto, esa
evolución se puede notar incluso en el formato semiacústico con el que has
presentado últimamente el disco, solo con tu guitarra y la de Jesús de Santos.
SV: Bueno, ahora llevo un sinte y también efectos de voz, creo que sí he cambiado y en los directos se
nota muchísimo, aunque intento combinar ambos aspectos.
AS: ¿Has notado también
esa evolución en el público, en el sentido de que más gente se acerca a tus
temas y acuden a un concierto con conocimiento de causa?
SV: Desde luego, he de decirte que mientras hago el concierto me
olvido de que me están escuchando pero al finalizar, cuando hablo con el
público me siento muy intimidada, me cuesta mucho. En general vienen con
conocimiento de causa, y eso me hace enormemente feliz.
AS: Lo de las referencias
a PJ Harvey y a la huella que parece –y sigue siendo evidente- haber dejado en
tu música ya supongo que empieza a cansarte, ¿no?
SV: Jamás, hasta el día de hoy me lo dicen y no puede ser más
halagador. No sé si será cierto, porque me encanta PJ Harvey, pero más que su
música, que es increíble, me fascina aún más su actitud como mujer frente a
este mundo de hombres.
AS: Tampoco has negado
nunca tus influencias americanas, tanto del folk como del blues y sus derivados. ¿Es sin duda la música que más te ha
marcado?
SV: Sí, la tuve a mi lado mucho tiempo, es como un buen amigo y
espero que no se marche nunca.
AS: Todo siempre
entendido bajo tu prisma personal, porque en ‘South mountain’ se adivinan
raíces country.
SV: Oh, sí, además del country,
es una canción donde reivindico mi origen real, tanto musical como biográfico.
AS: Pero el folclore
latinoamericano también está ahí, no en vano vienes de Chile y lo reivindicas
en cierto modo introduciendo ese charango, por ejemplo, en algún tema.
SV: Necesitaba hacer una canción para dejar claro que soy chilena,
y que a pesar de cantar en inglés, vivir al otro lado del mundo... puedo cantar
en inglés porque me da la gana, es un idioma que musicalmente he tenido más
presente, y por circunstancias y la vida es el idioma que utilizo para
componer. A pesar de eso, soy chilena y adoro mi país.
AS: Hablan del
nerviosismo, en algunos casos miedo, de un artista ante su segundo disco. ¿Reflejan
estas canciones una especie de ansiedad bien entendida durante el proceso de
creación?
SV: En absoluto. Además, al sacar mi anterior disco ya estaba
trabajando en las nuevas canciones de ‘Run with wolves’. Si no estoy trabajando
en canciones nuevas, con mucha facilidad empiezo a sentirme inútil Nunca ha
supuesto un estrés, o ningún tipo de ansiedad crear canciones para un siguiente
disco, supongo que dependerá siempre de cómo te plantees las cosas.
AS: Suenan varios
sintetizadores, casi ochenteros en ocasiones, y por ejemplo en ‘Milky way’ o
‘Silver wolf’ están al servicio de la canción. ¿Te has ido familiarizando con
la tecnología como apoyo para componer?
SV: Sí, ya hace un año y medio. Con anterioridad tocaba el
piano, pero dejé de practicarlo y me decanté por otros sonidos que en este caso
utilizo en el nuevo disco. Es curioso, porque es ahora mismo un elemento muy
importante para mí.
AS: Precisamente en
‘Milky way’ hay un ambiente como de New Orleans, muy jazzy.
SV: ¡Vaya! Eso hace poco me lo han comentado… no sé qué decirte.
AS: No sueles hacer
canciones ni discos aptos para ser disfrutados, o entendidos más bien, por una
amplia mayoría de oyentes. ¿Nunca has temido ser encasillada como una de esas
cantantes intensas con un aura de malditismo?
SV: No, de hecho no le temo a ese tipo de cosas, ni de gustar,
ni de tener éxito o no. Le tengo miedo a la muerte, quiero disfrutar de mi
vida, hacer música que es lo que más adoro hacer, lo demás.. no me lo cuela
nadie. Tenemos que ser felices, eso es muy importante.
AS: Siempre teniendo en
cuenta que la música igual ya no puede cambiar el mundo pero sí intentar buscar
soluciones personales, ¿cómo te gustaría que interpretaran tus letras quienes
escuchan tu disco?
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