Y esto, palabrita del niño Jesús, que no es ni una exageración ni una de mis entradas sarcásticas, es la realidad pura y dura. Y pasamos a la explicación de turno.

El pasado sábado 21 de mayo, Dani Martín tenía programado un concierto en el Coliseum de A Coruña. Apenas 48 horas antes, según palabras del propio cantante, recibió un mail de los organizadores donde le comunicaban que se suspendía por la baja venta de entradas las cuales no llegaban siquiera al millar.

Enfadado, y con razón, Dani arremetió contra Bibiano Morón (ajam... se llama así, qué le vamos a hacer) que es el representante de la empresa que los había contratado y del que dijo lo siguiente: "Me encantaría dar el concierto, que está firmado desde octubre, pero no puedo porque este señor no ha querido".

Respuesta de la parte contratante (¡ay, qué grande los Hermanos Marx!): "En mis facultades está contratar un concierto y aplazarlo. Yo he cumplido pagándoles 18.000 euros cuando firmamos el contrato. No entiendo cómo este hombre insiste en hacer un concierto con 800 entradas vendidas y jugando el Dépor a la misma hora".

De lo que se deducen 2 cosas:

1.- La poquita cultura que hay en este país, que se prefiere ver un partido del Deportivo a un concierto. Vale, sí, es de Dani Martin, tampoco es que sea el plan perfecto, mejor hubiera sido Springsteen...

2.- Que este señor es un poco "bocas" porque el cantante ha demostrado que, más allá de sus necesidades económicas, lo da todo por sus fans y prefiere tocar ante 800 personas que echarse una Xbox con sus colegas. Demostrando profesionalidad con dos huevos.

Por todo eso, no se cortó un pelo y, a las 12 de la mañana y en mitad de la calle, trató de dar lo mejor de sí mismo ante la atónita mirada de todo el que pasaba por allí.

Adjuntamos videos, of course.