
Milan/Warner, 1982.
Buenos días. ¿Aún resacados por la semana de Halloween? ¿Todavía con restos de ese maquillaje comprado en el chino de la esquina que no se va por mucho que os duchéis? Pues me da igual. Os traigo nuevo artículo y de aquí no se va nadie hasta que se acabe. O eso, u os dejo un rato en la sala de relax de la empresa. Nada nos relaja tanto como torturar a lectores huidizos con nuestras máquinas último modelo del medievo.
A lo que íbamos. (Léase con voz profunda y rasgada, de narrador contando gloriosas batallas pasadas)
En una era dominada por columpios de metal asentados sobre terrenos de tierra y gravilla, de meriendas a base de bocadillos de contenido generoso en grasas y azúcares.
Un tiempo de pedradas en la cabeza y raspaduras a carne viva en las rodillas.
Un período donde la última generación de bárbaros y bárbaras se atrevían a estar todo el día tirados/as en la calle hasta bien entrada la noche jugando.

Un tiempo lleno de chuches con alto contenido en azúcares que se quemaban jugando a la cogida, al escondite o en carreras de “mariquita el último”.
¡Por Crom, qué tiempos aquellos amigos y amigas!
Fue entonces, y sólo entonces, cuando el más bárbaro de los bárbaros dio el salto al cine: Conan, hijo de Cimmeria. Y con él vendría el score más épico, espectacular y redondo de su compositor, Basil Poledouris, y uno de los mejores de la historia de la música de cine.
Perdonad, ¿quién decís vosotros que es Conan? Lo siento, no conozco a ningún Monoa, perdón, Momoa. Ni tampoco ninguna música de ese tal Tyler Bates. ¡Blasfemos!

Otro ejemplo por el cual un niño en aquel año 82 podía quedar prendado del mundo musical creado para el cine. Y claro, aquel niño era (y sigo siendo), yo. Sí, todavía me tienen que obligar a comer el pescado y las verduras, no lo puedo evitar.
El disco es de los que puedes escuchar de arriba a abajo y no encontrar un solo tema que no rezume calidad. ¿Qué? No, no voy a haceros un resumen de calidad. He dicho rezume, de rezumar, no de resumir. A ver si hincamos más los codos, ¿eh? Que escribís ahí, hay y ay como si fueran la misma cosa y luego pasa lo que pasa. Cuánto daño han hecho los móviles, las redes sociales y la vagancia.

Notaréis que en algunos casos pondré dos temas en uno, dado que así vienen en el disco y de igual modo se suceden en la película:
Anvil of Crom es el tema central, el himno de Conan. Un tema brutal, lleno de percusión “salvaje”, una marcha que evoca grandeza mediante trompetas, trombones, violines, timbales... Escucharlo, aunque no supieras de qué música se tratase, te haría pensar que eres capaz de ir en taparrabos y con una espada en mano doblegando a un ejército de sectarios chiflados sin despeinarte. Este tema se ve prolongado más adelante en Orgy Figth (sé lo que estáis pensando, pero las luchas son a espada tradicional de metal), que viene a ser básicamente el mismo, pero con algunas variantes que lo alargan un poco más.
Riddle of Steel & Riders of Doom comienza siendo un tema sosegado, con melodía romanticona a base de violines y clarinete que luego muta hacia una marcha coral llena de percusión (algo común en todo el disco) que va subiendo en intensidad.
En de Mountain of Power & Capture también nos encontramos con una marcha a base de percusión, cuerda y viento. Un tema que representa la gloria de la secta tan simpática, con sus sacrificios humanos al dios Seth y esas actividades tan provechosas.

Y porque no todo es batalla, sangre y acero; The Wifeing es la pieza romántica del disco. Un tema cortito, pero emotivo, que llena los oídos con el amor de Conan y Valeria. Dos guerreros que encuentran algo más que la espada para luchar.
Funeral Pyre es un momento triste para el Cimmerio, que ha perdido a su amada guerrera (porque el brutote tiene su corazoncito, duro como su… espada, pero lo tiene). Una melodía triste y sencilla, a base de cuerda y viento, representando el amor perdido y sentimiento de venganza hacia el final.
The Kitchen & The Orgy comienza siendo otra pieza coral, de corte tranquilo pero con gran fuerza, que se transforma en algo onírico, pero no tal como se suele representar habitualmente ese estado.
¿Qué, ya os sentís un poco más bárbaros? Pues esperad, que ahora vienen un par de curiosidades.
El score de Conan el Bárbaro ha tenido unas cuantas reediciones a lo largo de estos años, numerosas ediciones extendidas y especiales del material. Entre ellas están las grabaciones nuevas, con orquesta, coro y dirigidas por otro compositor; ya que desgraciadamente Poledouris falleció en 2006.

Otro dato curioso es que las ediciones y reediciones del disco han tenido varias discográficas detrás. Los primero fueron cosa de Milan y Warner entre 1982 y 2003. Pero la todopoderosa Varénse Sabarande editó uno en 1992 y este último disco lleva el sello de Prometheus.
Jerry Goldsmith compuso en 1990 la banda sonora de Desafío Total (Total Recall). El tema principal de la película tiene un más que evidente parecido con el Anvil of Crom de Conan, lo cual hace pensar que el gran compositor realizó una copia descarada, aunque yo prefiero creer que es una casualidad o un homenaje. Podéis escucharlo por este enlace.
¡ Por Crom!, se nos ha agotado el tiempo por hoy. Que la tristeza no os embargue adoradores de Seth, la próxima semana más… pero, ¿a dónde váis desagradecidoooos? ¡Os faltó tiempo para salir corriendoooo!
Bárbaros saludos, Alquímicos cinéfilos.
Algunos sitios de interés por aquí y aquí.
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