No se prodigan mucho por Granada -aunque estuvieron hace unos meses en La Chistera, sin mucho anuncio ni publicidad de por medio- quizás, porque su agenda se ha complicado desde que María Arnal i Marcel Bagés arrasaron en los X Premios MIM 2018, con cuatro galardones por su disco "45 cerebros y 1 corazón".

Y, precisamente con el tema homónimo abrieron su concierto en la noche del miércoles en el Teatro Isabel la Católica, en el concierto de la FLG (Feria del Libro de Granada) cuyas entradas se obtenían por la compra de un libro. No es ese título una metáfora sobre la que pensar, según explicó la propia María Arnal, tras una intensa y emotiva interpretación del tema que arrancó un fuerte aplauso tan sentido como el propio tema, sino un reflejo literal de lo encontrado al exhumar una fosa común en Burgos, deuda, como tantas otras, con nuestra memoria histórica.


De memoria histórica, de música para no caer en el olvido, de desmemoria, de milicianas, segadores, taxistas y campesinos que cantan con desgarro a la dureza de una guerra y una posguerra que no puede olvidarse para no repetir la historia, están llenas las intensas canciones de esta pareja que ha visitado fonotecas y archivos para extraer unas vivencias que, por edad, no han tenido. A pesar de ello han sabido plasmar muchas de ellas a través de tonadas de las que ponen los pelos de punta en la voz cristalina, bien modulada y con una articulación impecable de María Arnal y la guitarra de un Marcel Bagés que sabe compartir protagonismo con su compañera en la discreta medida del que se sabe acompañante de un talento y una fuerza como las de María.

Un concierto absolutamente sobrecogedor, en el que escuchamos prácticamente todo el disco, explicado a veces por María que también contó por qué algunas canciones se han grabado en catalán (era de justicia que así lo fueran) y que estuvo amparado en la fuerza escénica de la pareja y el silencio emocionado de un público que aplaudió con ganas y disfrutó de la esperada “Tú que vienes a rondarme”, que puso punto final entre fuertes aplausos.


Tras ella, Ramón Rodríguez -The New Raemon- con una banda de lujo que contó con la guitarra de Charlie Bautista, comenzó contando que estaba muy ilusionado por compartir escenario con sus predecesores, que habían dejado el listón muy alto y que ellos harían lo posible por igualarlo. Claro que, tratándose de The New Raemon no estaba complicado hacerlo. Ramón es, sin dudas, uno de los músicos más solventes del panorama nacional.

En Granada lo tuvimos no hace mucho, con más miembros y colaboradores en su banda, y con los mismos temas prácticamente, no ha sacado disco desde entonces y está claro que lo que sus fans quieren es escuchar los ‘hit’ del músico así que, consciente de ello, Ramón fue tocando uno tras otro todas esas canciones que han ido conformando una fructífera carrera musical a la que él alude hablando de las dificultades iniciales y de lo complicado que le ha sido abrirse el camino que ahora transita con relativa comodidad.


Contaba así, su paso hace años, en solitario, con su guitarra, por el  Loop Bar & Record para presentar su trabajo y cómo, desde entonces, mucho recorrido y muchos temas que recuperar de todos sus discos, temas que sonaron como nunca en el agradecido formato que es siempre un teatro y que, además, se presta a un respeto y un silencio que no suelen darse en las salas, donde no es la primera vez que Ramón Rodríguez ha comentado la incomodidad que le supone cantar con la gente hablando a voz en grito. Le disfrutábamos así en un formato que le viene como anillo al dedo, en el que se lució especialmente junto a una banda que hizo lo propio y con un repertorio imprescindible para sus más fieles seguidores. Nunca un libro nos había dado tan buena música.

Crónica: María Villa
Fotos: J.M. Grimaldi