Amaral + Cyan – Jardines de Viveros (Feria de Julio). Valencia 07-07-12

Amaral + Cyan – Jardines de Viveros (Feria de Julio). Valencia 07-07-12

De momento, dos de dos. Dos aciertos seguidos en los Conciertos de Viveros dentro de la Feria de Julio de Valencia. Si ayer os acercábamos la que liaron Los Enemigos y Love of Lesbian el pasado viernes, hoy os contamos lo que pasó hace solo unas horas sobre el escenario con la palabra “Revolución” tatuada en la memoria colectiva de todos los asistentes. Era el día en el que lo salvaje desbordaría emociones y en el que las esperas corearían todos y cada uno de sus temas sin tener tampoco clemencia con algunos guiños a éxitos pasados. Y para que los asistentes pudieran ir segregando adrenalina, fueron los barceloneses Cyan los que alentaron al ruido con historias que quizás no nos dejaran rompernos...

Javi Fernández (voz, teclados), Jordi Navarro (guitarra), José Arcas (bajo), Gorka Dresbaj (guitarra) y Sebastián Limongi (batería) pasaban por Valencia en el que fue el penúltimo concierto antes de parar, descansar y volver a enfrascarse en el estudio de grabación tras el que fue su último trabajo de estudio “Historias para no romperse”. Con un show que repetirán con los anfitriones de la noche, con Amaral, el próximo 28 de Julio en Santander.

La propuesta de Cyan se desvincula de las bandas emergentes que tienen como referentes a nombres como Vetusta Morla o Second, que se han convertido en el zénit de cualquier formación que se precie. Con Javi a la cabeza y sentado frente a su teclado, repasaron temas como “Esos niños”, “Mecanismos nocivos” o en “Mi nave” de esas “Historias para no romperse” pero también incluyeron algún tema de su primer disco “Cyan” como “Calma”. Una calma que se encargaron de hacer volar por los aires con la contundencia de un sonido basado en guitarras y teclado pero que todavía no situaba a los asistentes que estaban por llegar. Un pop elegante y de raíz americana (o escocesa, como sería el caso de Snow Patrol) con ganas de no dejar impasible al público. Melodías bailables y letras poderosas que enlazarían con lo que sucedería sobre el escenario poco tiempo después.

Quizás nos faltó alguna de sus versiones, como la de “La leyenda del tiempo” y la “importancia” que da el no ser teloneros para ofrecernos un show en el que desplegar su pontencial y sus armas para dirigir un concierto como el que ofrecieron en la Sala Moby Dick hace solo unos meses... Tal vez en el próximo concierto.

Sin embargo, la expectación de la noche versaba sobre los zaragozanos Amaral. Juan Aguirre y Eva Amaral acompañados de Chris Taylor (bajo), Jaime García (guitarra) y Toni Toledo (batería). Más de 2 horas de concierto sin descanso en que repasaron íntegramente “Hacia lo salvaje” (de eso se trata presentar un disco, no de vivir de las rentas pasadas... y que tomen nota algunos grupos) pero sin dejar de tender la mano a algunos temas claves en su carrera. Y la noche Amaral comenzó desde arriba, sin guardarse artillería para momentos de “bajón” escénico. Un “Hacia lo salvaje” que se convertía en el “Zas!, en toda la boca” de Sheldon Cooper y que erizaba las primeras filas emocionales de los asistentes.

Un impecable concierto en el que no falló nadie y en el que quizás solo pudimos ver a Toni Toledo pedir que le subieran el sonido cuando cambió baquetas por mazas. Eso sí, con un setlist rígido en esta gira de 2012 que repiten de forma exacta, comentarios e indumentaria de Eva incluidos. Una puesta en escena que quedó en segundo plano a medida que se sucedían las canciones y que solo cobró vida en ese alegato visceral que es “Revolución”, en el que la propia palabra iluminaba el background del stage de Viveros pero también ardía en las venas de los asistentes. Uno de los temas más emocionantes de Amaral que no pueden dejar (todavía, y menos en estos días) atrás. Una pantalla gigante de leds y una pasarela por la que Eva podía estampar su fuerza contra el público en esos momentos estudiados, tanto en los temas con más rabia como en algunos como “Robin Hood”, sentada y convirtiéndose en la trovadora que canta, pero que sobre todo cuenta, historias y derrames de sangre personales...

Un repaso por ese “Hacia lo salvaje” en el que Eva lució todo su potencial como frontwonan y como instigadora de sensaciones y alentadora de vellos como escarpias. 12 punzadas materializadas en “Antártida”, “Esperando un resplandor”, “Riazor”, “Montaña Rusa”, “Si las calles pudieran hablar” o esos dos balazos certeros al epicentro de la emoción que son “Robin Hood” (historia de la que Eva adelantaba que “...en los tiempos que corren...no sería chungo, ahora que lo pienso...”) y “Olvido”, dedicada a la memoria de su madre fallecida en 2007. El show se cerraría con un “Cuando suba la marea” que apaciguaba los ánimos avivados con la “Revolución” desgañitada en gargantas, brazos alzados y cabezas enrabiadas y aderezada con los toques heróicos de David Bowie (y es la segunda referencia a Bowie en estos Conciertos de Viveros... ¿quién será el tercero?)

De agradecer el momento que Juan Aguirre no se olvidó de regalar a los presentes interpretando esas “Tardes” que, junto a “No sé qué hacer con mi vida”, nos traían los ecos del primer disco de la formación, “Amaral” (1998). Y “...echando de menos mi razón de vicio...” volvimos a entender por qué Amaral no es solo Eva. Eso sí... una petición a nivel personal: en la próxima parada nos gustaría volver a ver a Eva “Dinamita” alzar las baquetas como ya hizo con este tema hace eternidades sonoras.

“...Le han faltado muchas canciones... ¿se han olvidado de ellas?...” escuchábamos decir a una pareja cercana. Pero no, no se habían olvidado. En ese repaso por los 14 años que separan su primer y último disco repostaron sonrisas y “oooh” continuos a cada acorde inicial. “El Universo sobre mí”, “Moriría por vos”, “Cómo hablar” (siempre con el recuerdo de aquel dúo que compartió con Antonio Vega), “Estrella de mar”, “Kamikaze” o ese “Sin tí no soy nada” aniquiliador. Pero es lo que pasa cuando se plagan los discos con canciones-himnos que se convierten en tablas de salvación en algún momento para los que las escuchan.

En esta ocasión sí que podríamos hablar de que los Jardines de Viveros se llenaron de un público familiar en el que los padres compartían este “Hacia lo salvaje” con sus hijos, muchos de ellos viéndolos desde la privilegiada posición que dan los hombros de papá. Uno de los conciertos en mayúsculas con el que siempre podrán decir “yo estuve allí”, si es que lo recuerdan al crecer, claro. Padres que conocían cada verso de cada canción y que prevenían a sus vástagos de lo que estaba por venir... “Todavía falta la que te gusta, ¿te acuerdas de cuál es” escuchamos a nuestras espaldas.

En definitiva, un completo y compacto show en el que la energía de Eva distaba mucho de ser esa “cortarrollos” en la cabeza de Enjuto Mojamuto... Bromas a parte, y valga como crítica a mucha de la gestión musical en nuestras tierras, decir que no es necesario competir por Madonnas o “udoses” varios cuando es posible contar con grandes espectáculos dentro de nuestras fronteras. Pero solo hay que apostar un poco por ellos. “Como un martillo en la pared”, perteneciente a su último trabajo, es el tema que hemos rescatado de concierto de los zaragozanos en Valencia. Uno de los cortes más contundentes de “Hacia lo salvaje” dentro de un extensísimo setlist que regalaron en este impecable concierto cubierto de salvajadas emocionales y de caminos recorridos.